Así lo aseguró Nelson Lukoski, propietario del supermercado Nelson de la ciudad de Posadas, en diálogo con Radio Up 95.5 durante el ciclo “La Última Rosca”. Además, indicó donde están las claves para la baja en los precios y comparó el panorama actual con otras crisis de años anteriores. La apertura de las importaciones, otro factor clave.
El consumidor se hizo escuchar y ese grito resonó en las góndolas de los supermercados de todo el país. Ese es el análisis efectuado por Nelson Lukoski, propietario del supermercado barrial Nelson, de la capital misionera.
En diálogo con Radio Up 95.5 durante el ciclo “La Última Rosca”, Lukoski expuso los motivos, a su criterio y experiencia, por los cuales desde el mes pasado comenzó una remarcación de precios, aunque esta vez, a la baja.
“La baja en los precios empezó a tener lugar en el mes de abril y creo que va a continuar en el mes de mayo. Lo que sucede es que hay varias circunstancias que están provocando esto y no es justamente una deflación”, comentó.
Según indicó Lokoski, “la primera de esas circunstancias, es que muchísimas empresas y comerciantes, de la línea mayorista sobre todo, levantaron mucho los precios en diciembre, junto a los monopolios que concentran alrededor del 60% de la canasta básica”.
“Estamos hablando que la devaluación fue de un 45%, pero esta gente levantó hasta 100% los precios de sus productos y en algunos casos lo superaron”, remarcó.
“Obviamente, el consumidor le marcó la cancha en esta oportunidad a todas esas avivadas, porque dejó de consumir esos productos; vio que el precio es excesivo y obviamente pasaron tres o cuatro meses y justamente estas empresas son las que están empezando a bajar los precios”, argumentó Lukoski.
“Es por ello que hoy hay bajas en la parte de perfumería, limpieza, papel, y otros productos”, añadió.
En el caso particular de Misiones, Lokoski puso de ejemplo la situación del papel higiénico, el cual empezará a competir con otro de origen brasileño, por lo que verá una baja adicional del hasta un 15% en su precio.
En tanto, indicó que “la otra circunstancia es el problema estacional. En el caso del arroz, por ejemplo, es un producto que había subido mucho porque había terminado la cosecha y su precio voló por las nubes, incluso antes de la devaluación”.
“Ahora ha comenzado la producción de arroz, se levantaron las cosechas y ya hay suficiente arroz. Lo mismo pasó con el huevo, pasó el replume de las gallinas y todo comenzó a moverse en abril”, destacó.
Por otra parte, analizó la realidad de la provincia y apuntó que “aquí y en el interior del país siempre nos manejamos con segundas marcas que para nosotros son primeras”.
“Son aquellas que no tienen un marketing a nivel nacional, ni participan de lo que es capital, porque el Gran Buenos Aires tiene su mercado y les interesa poco el interior”, explicó Lukoski.
De igual manera, indicó que no todo es tan idílico en cuanto a los precios y destacó que “los lácteos no paran de subir”.
“Desde enero hasta hoy, han subido el 100% alegando que no hay materia prima porque los tambos se destruyeron en los últimos años, justamente porque no vendían el precio que debía que ser”, reveló.
“Ahora, el precio se disparó, no tienen materia prima y es por eso que el gobierno está tratando de traer productos desde Uruguay o de Brasil”, indicó Lukoski.
En tanto, se refirió a la competencia entre despensas, supermercados y mayoristas, donde reafirmó que “el consumidor no está comprando aquellos productos que le parece excesivamente caros, va buscando segundas marcas y sobre todas las cosas buscando precios en la competencia. Es por eso que los supermercados de barrio hoy somos competencia del mayorista”.
“Ellos fueron los primeros en remarcar excesivamente los precios en diciembre. Eso hizo que todas las despensas y autoservicios que compraban a través de un mayorista, tuvieran que levantar sus precios por las nubes, pero porque fue su proveedor el que aumentó”.
“Creo que, de aquí en más, el consumidor va a ser el que defina qué producto se va a seguir comercializando. No va a poder marcar el precio, pero si un límite”, argumentó Lukoski.
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Viejos fantasmas
Por otro lado, Lukoski se refirió a la situación económica y social actual, comparándola con crisis anteriores y afirmó que “hubo situaciones peores que esta. La crisis del 2000 realmente fue arrasadora”.
“En el caso actual, hace cuatro años, el aumento era trimestral, después se volvió bimestral y hace dos años que empezamos con un aumento mensual que no paró nunca”, indicó.
“Entre Massa y Milei, devaluaron alrededor de un 100%, pero algunos se pasaron de rosca y elevaron sus precios por encima de ese porcentaje. Lo bueno es que la inflación se está manteniendo hacia abajo y eso es importante para salir adelante”, agregó
Por último, Lukoski abordó la situación de las importaciones, donde explicó que, en el caso particular de Misiones, “son pocos los productos importados que van a ingresar como competidores al mercado”.
“Lo que sí se reactivó, es la vuelta de aquellos productos que desaparecieron de las góndolas porque el costo de la importación era tan alto que no se podía ingresar al país”, apuntó.
En ese aspecto, Lukoski señaló que se pueden encontrar productos como atún, caballa, sardina, palmitos, café o cacao, los cuales ingresaron al país nuevamente con precios competitivos “porque en el mercado local casi nadie se dedica a producirlos”.
Sin embargo, expresó que “lo que el gobierno está promoviendo es la importación de nuevos productos y eso, en cierta manera, no es bueno para la industria nacional”.
“En los años 90, muchos quedaron en el camino a raíz de la libre importación, por lo que tenemos que defender la industria nacional y a nuestras pymes por sobre todas las cosas”, manifestó Lukoski.
“Si se diera ese escenario, tomando de ejemplo los lácteos, si ya se han fundido en estos cuatro años por la mala comercialización que tuvieron, van a desaparecer directamente si entran productos extranjeros de manera indiscriminada”, añadió.
Para Lukoski, en el caso de Misiones, el ejemplo más claro es la yerba.
“El precio no aumentó desde enero y si ingresara yerba extrajera sería solo a través del molinero. Eso terminaría perjudicando al pequeño productor porque no le van a comprar la hoja”.
“El gobierno, en este caso provincial, tiene que salir a defender al pequeño productor para que el molinero grande, en lugar de buscar la yerba afuera que obviamente que le va a costar muchísimo más barata, no deje de lado la producción misionera”, completó.