El Instituto Nacional de Meteorología (INMET) de Brasil emitió alertas sobre la inminente llegada de nuevos temporales, especialmente en el área más meridional del estado y en la frontera con Uruguay. Se espera que las lluvias superen los 100 milímetros el miércoles y alcancen los 150 milímetros impulsadas por un frente frío.
El riesgo de inundaciones se elevó a niveles extremos, especialmente en el sur de Río Grande do Sul, estado brasileño donde el agua de las lluvias anteriores aún no cedió. La ciudad de Pelotas, ubicada en esta región en márgenes del Canal San Gonzalo, que une las lagunas de los Patos y Mirim, se encuentra en el punto de mira, ya que alberga la laguna más grande de América. Es hacia allí adonde se dirige el exceso de agua que inundó Porto Alegre, transportado por el río Guaíba.
Las autoridades advierten sobre la posibilidad de una nueva catástrofe, con un «riesgo muy alto» de inundaciones que podrían agravar aún más la situación en la región.
Las inundaciones provocaron un desbordamiento en los ríos, causando estragos en numerosas localidades y sumiendo a gran parte de Porto Alegre bajo el agua. La demanda más urgente sigue siendo el acceso al agua potable, con comunidades enteras dependiendo de la ayuda humanitaria para su suministro básico.