Dos tendencias de jardinería están tomando las riendas de la innovación en espacios reducidos, los Kokedamas y los Terrarios, estas formas de arte botánico no solo ofrecen una estética verde y vibrante a los hogares y oficinas, sino que también promueven un ambiente de tranquilidad y bienestar.
Los Kokedamas, originarios de Japón son literalmente «bolas de musgo» que sostienen una planta, son descendientes directos del arte del Bonsái.
Esta técnica, que se remonta a siglos atrás representaba estatus entre los samuráis y consiste en envolver las raíces de una planta en una mezcla de tierra y arcilla, para luego cubrirlas con musgo vivo. El resultado es una esfera verde que puede colgarse o colocarse sobre una superficie, creando un punto focal de belleza natural y serenidad.
Kokedamas, esferas de vida
Fuentes cercanas al equipo de redacción revelaron que los Kokedamas son un elemento favorito en el Feng Shui. Se dice que reúnen los cinco elementos naturales aunque algunos no necesariamente recaen en que los posee, sino en aspectos simbólicos, por ejemplo, el metal en su forma, y el fuego, en los tonos rojos que suelen tener algunos de ellos.
Crean un equilibrio y armonía que invita a la serenidad y al bienestar en cualquier entorno, es por eso que cada esfera será única y diferente, para realizar una se necesita una planta de crecimiento lento, mezcla de turba y sustrato para bonsáis (akadama), , musgo arcilla y arena de río fina e hilo o cordel.
El proceso es sencillo, se introduce la planta y se cubre con musgo, asegurándolo con hilo y el cuidado posterior incluye riegos por inmersión y pulverizaciones para mantener la humedad.
Terrarios, ecosistemas en miniaturas
Los terrarios son pequeños jardines que crecen dentro de recipientes de vidrio y fue un descubrimiento del siglo XIX, cuando el médico Nathaniel Bagshaw Ward al intentar proteger sus plantas de la contaminación descubrió que un helecho y una hierba podían prosperar dentro de un frasco sellado.
Este descubrimiento llevó a la creación de los «Wardian Cases», precursores de los terrarios modernos, que permitieron el transporte seguro de especies vegetales a través de los océanos. En la actualidad, los terrarios son apreciados tanto por su estética como por su funcionalidad. Ofrecen una solución práctica para incorporar vegetación en espacios reducidos.
Existen dos tipos de terrarios, los cerrados que crean un ambiente húmedo y auto-sostenible, ideal para plantas que requieren alta humedad y los abiertos, adecuados para plantas que prefieren un ambiente más seco, como cactus y suculentas.
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Los terrarios son ideales para las zonas urbanas donde el acceso a áreas verdes puede ser limitado, además actúan como escudos contra la contaminación absorbiendo partículas provenientes de aerosoles o el humo del tabaco purificando el aire de los departamentos y simulan ecosistemas autosostenibles.
Para realizar un terrario es necesario un recipiente de vidrio, como los envases de café, piedras o gravillas, un poco de carbón para mantener activada la tierra fresca, también es necesario ver que tipo de tierra necesita la plata que se usará, que pueden ser helechos, musgos, cactus o suculentas.
El montaje de un terrario implica colocar una capa de piedras en el fondo, seguida de carbón activado y musgo. Luego se añade la tierra y se plantan las especies seleccionadas. La clave está en elegir plantas que compartan necesidades similares de luz y humedad.
En la era de lo digital, estos pequeños oasis verdes nos conectan con lo terrenal y nos invitan a cuidar y valorar el mundo natural.