El Papa Francisco envía un mensaje con motivo del quinto aniversario de la publicación de la exhortación postsinodal “Christus vivit”, solicitando a los jóvenes de todo el mundo a dar testimonio de la alegría del Evangelio entre sus pares y a brindar su aporte al Sínodo sobre la sinodalidad en curso, siempre en fidelidad a nuestras raíces.
La certeza” de que “Cristo está vivo y quiere que ustedes estén vivos”, inspiró al Papa Francisco a escribir nuevamente a los jóvenes, en el quinto aniversario de su exhortación apostólica Christus vivit , escrita tras el Sínodo de 2018 sobre “Jóvenes, fe y discernimiento vocacional”. “
“Ustedes son la esperanza viva de una Iglesia en camino», dice Francisco en un mensaje a los jóvenes publicado hoy, con motivo del quinto aniversario de la exhortación apostólica «Christus vivit».
Cristo está vivo y te ama
El Santo Padre asegura a los jóvenes que “Cristo está vivo y los ama con un amor infinito”. El Santo Padre los invita a “caminar con Él como un amigo, darle la bienvenida a su vida y dejarle compartir todas las alegrías y esperanzas, los problemas y las luchas de este tiempo de su vida”.
Continúa recordando a los jóvenes la “gran misión” que recibieron “de dar testimonio ante todos del gozo que nace de la amistad con Cristo”, recordándoles su invitación a hacer oír su voz y su aliento, a “hacer lío”, como expresó en su momento.
Vivir en presencia de Jesús, dice el Papa a los jóvenes, permitirá que su “memoria del pasado” resulte fructífera, y eso los ayudará a “encontrar coraje en el presente” y a “afrontar el futuro con esperanza”.
La exhortación Christus vivit, dice el Papa Francisco, “es fruto de una Iglesia que quiere avanzar junta mediante la escucha, el diálogo y el discernimiento constante de la voluntad del Señor”, como resultado del Sínodo de los Jóvenes de 2018, que preparó el camino para el actual Sínodo sobre la sinodalidad.
“Ahora, en esta nueva etapa de nuestro camino eclesial”, dice el Papa a los jóvenes, “necesitamos más que nunca recurrir a la creatividad de ustedes para explorar nuevos caminos, siempre en fidelidad a nuestras raíces”.
Recordando a los jóvenes, que son “la esperanza viva de la Iglesia en movimiento”, el Papa Francisco les agradece su presencia y contribución a la vida de la Iglesia.
Concluye su mensaje animándolos “a que nunca nos dejéis sin la buena manera de ustedes de ‘hacer lío’; tu conducción, como la de un motor limpio y bien puesto a punto; ¡Y esa manera particular de ustedes de vivir y anunciar la alegría de Jesús resucitado!”
Mensaje del papa Francisco a los jóvenes en el 5º aniversario de la Exhortación apostólica postsinodal Christus vivit (25 de marzo de 2024)
Queridos jóvenes:
¡Cristo vive y quiere que ustedes vivan! Esta es una certeza que siempre colma de alegría mi corazón y que me impulsa ahora a escribirles este mensaje, al cumplirse cinco años de la publicación de la Exhortación apostólica Christus vivit, fruto de la Asamblea del Sínodo de los Obispos que tuvo como tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
Quisiera ante todo que mis palabras reavivaran en ustedes la esperanza. En el actual contexto internacional, marcado por tantos conflictos y sufrimientos, es de imaginar que muchos de ustedes se sientan desanimados. Por eso les propongo que partamos juntos desde el anuncio que está en el fundamento de la esperanza para nosotros y para toda la humanidad: “¡Cristo vive!”.
Lo digo a cada uno de ustedes en particular: Cristo vive y te ama infinitamente. Y su amor por ti no está condicionado por tus caídas o tus errores. Él, que dio su vida por ti, no aguarda a que llegues a la perfección para amarte. Mira sus brazos abiertos en la cruz y «déjate salvar una y otra vez»[1], camina con Él como con un amigo, acógelo en tu vida y hazle partícipe de las alegrías y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias de tu juventud. Verás que tu camino se iluminará y que también las cargas más grandes se volverán menos pesadas, porque será Él quien las lleve contigo. Por eso, invoca cada día al Espíritu Santo, que «te hace entrar cada vez más en el corazón de Cristo para que te llenes siempre más de su amor, de su luz y de su fuerza»[2].
¡Cuánto quisiera que este anuncio llegase a cada uno de ustedes, y que cada uno lo percibiese vivo y verdadero en su propia vida y sintiera el deseo de compartirlo con sus amigos! Sí, porque ustedes tienen esta gran misión: testimoniar a todos la alegría que nace de la amistad con Cristo.
Al comienzo de mi Pontificado, durante la JMJ de Río de Janeiro, les dije con fuerza: háganse escuchar, “¡hagan lío!”. Y hoy de nuevo vuelvo a pedirles: háganse oír, griten esta verdad, no tanto con la voz sino con la vida y con el corazón: ¡Cristo vive! Para que toda la Iglesia se siente impulsada a levantarse, a ponerse una y otra vez en camino y a llevar su anuncio al mundo entero.
El próximo 14 de abril recordaremos los 40 años del primer gran encuentro de jóvenes que, en el contexto del Año Santo de la Redención, fue el germen de las futuras Jornadas Mundiales de la Juventud. Al final de aquel año jubilar, en 1984, san Juan Pablo II entregó la cruz a los jóvenes con la misión de llevarla a todo el mundo, como signo y recuerdo de que sólo en Jesús muerto y resucitado hay salvación y redención. Como ustedes bien saben, es una cruz de madera sin el Crucificado, pensada así para recordarnos que celebra ante todo el triunfo de la Resurrección, la victoria de la vida sobre la muerte, y para decirles a todos: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6). Y ustedes contemplen a Jesús de esta manera: vivo y desbordante de gozo, vencedor de la muerte, amigo que los ama y que quiere vivir en ustedes.[3]
Sólo de este modo, a la luz de su presencia, la memoria del pasado será fecunda y tendrán la valentía de vivir el presente afrontando el futuro con esperanza. Podrán asumir con libertad la historia de sus familias, de sus abuelos, de sus padres, las tradiciones religiosas de sus países, para ser a su vez constructores del mañana y “artesanos” del futuro.
La Exhortación Christus vivit es fruto de una Iglesia que quiere caminar unida y que por eso se pone a la escucha, en diálogo y en constante discernimiento de la voluntad del Señor. Por esta razón, hace más de cinco años, con miras al Sínodo de los jóvenes, se les pidió a muchos de ustedes, de distintas partes del mundo, que compartieran sus esperanzas y sus deseos. Cientos de jóvenes vinieron a Roma y trabajaron juntos durante algunos días, recopilando y proponiendo ideas. Gracias a su trabajo los obispos pudieron conocer y ahondar en una visión más amplia y profunda del mundo y de la Iglesia. Fue un verdadero “experimento sinodal” que dio muchos frutos y que también preparó el camino para un nuevo Sínodo -el que estamos viviendo ahora, en estos años-, precisamente sobre la sinodalidad. Como leemos en el Documento Final del 2018, en efecto, «la participación de los jóvenes ha contribuido a “despertar” la sinodalidad, que es una “dimensión constitutiva de la Iglesia”»[4]. Y ahora, en esta nueva etapa de nuestro itinerario eclesial, necesitamos más que nunca la creatividad de ustedes para explorar nuevos caminos, siempre en fidelidad a nuestras raíces.
Queridos jóvenes, ustedes son la esperanza viva de una Iglesia en camino. Por eso les agradezco su presencia y su contribución a la vida del Cuerpo de Cristo. Y les pido: no permitan que nos falte nunca el lío bueno que ustedes hacen; el empuje que tienen, como el de un motor limpio y ágil; su modo original de vivir y anunciar la alegría de Jesús Resucitado. Rezo por ello; y ustedes también, por favor, recen por mí.
Roma, San Juan de Letrán, 25 de marzo de 2024, Lunes Santo.
Francisco
(Fuente: AICA.ORG)