Los estudiantes de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), encabezados por Lucas Moreno, se hicieron presentes en el campus para exigir de la apertura del comedor. «Estamos acá para exigir sin restricciones ni aranceles, tanto en el comedor como en los albergues universitarios», precisó el joven que participaba de una olla popular, una de las formas que eligieron para protestar y ayudarse mutuamente entre estudiantes que padecen estas carencias.
La protesta cobró fuerza en las últimas semanas y busca poner sobre la mesa dos puntos clave: la apertura inmediata del comedor universitario y mejores condiciones de vida para los estudiantes albergados en el campus.
Moreno, en una breve entrevista con Radio Up 95.5, delineó los reclamos de manera clara. Los estudiantes organizaron una olla popular no como medida de asistencialismo, sino como una forma de demostrar la capacidad de organización estudiantil frente a las adversidades.
Al profundizar sobre el origen de esta medida de fuerza, Moreno apuntó directamente a las políticas de ajuste que afectan al presupuesto universitario. «Es de público conocimiento que se congeló el presupuesto universitario, implicando un golpe de aniquilamiento a la educación superior» y agregó que «la facultad esta recortando por el hilo más fino que son los estudiantes».
«La universidad y sus autoridades no informaron, no dijeron cuándo se va a abrir, bajo qué restricciones abrir, si hay trascendidos, si va a haber una reducción de bandeja»
El cierre del comedor universitario en plena época de mesas de exámenes desde diciembre del año pasado y en el período de cursillos de ingreso del año 2024 despertó la indignación de los estudiantes. «Es un golpe porque muchos no vinieron de sus pueblos por temor a no tener garantizado el plato de comida», lamentó.
Los reclamos van más allá de la simple apertura del comedor. Moreno destacó la importancia de que la apertura sea sin restricciones ni aranceles. «Para acceder a la educación, primero debo alimentarme. Sin acceso a la comida, muchos estudiantes se ven obligados a buscar empleos a tiempo completo, abandonando sus estudios», explicó.
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Incertidumbre en el albergue para estudiantes
La situación se agrava aún más para los estudiantes albergados en el campus. «Según los cupos, deberían ser 400 y los que usan el comedor somos más de mil estudiantes», reveló Moreno. «La incertidumbre sobre cuándo se abrirá el comedor deja a cientos de estudiantes en una situación de vulnerabilidad, hay algunos que comen solo una vez al día», añadió.
La amenaza de arancelar el comedor universitario preocupa a los estudiantes. «Lejos de mejorar la calidad de la comida es simplemente un golpe más a los pocos recursos económicos de los estudiantes», denunció Moreno.
La respuesta de las autoridades universitarias ante estas demandas es insuficiente para los estudiantes. «Las alternativas que proponen son reaccionarias. La virtualización, por ejemplo, de la educación no resuelve nuestras necesidades de acceso a la comida y condiciones de vida dignas», se lamentó Moreno.
No es la primer olla popular que se realiza, ya que en el mes de marzo tuvo lugar en la sede central del comedor Néstor Kirchner (Félix Bogado 1999 de Posadas), con el mismo fin, cuando solicitaban que se garanticen las políticas de bienestar estudiantil, el comedor gratuito y los albergues.
La lucha de los estudiantes universitarios va más allá de la apertura del comedor. Es una lucha por una educación pública, gratuita y de calidad, donde las necesidades básicas de los estudiantes estén garantizada.