El Gobierno busca incentivar importaciones en bienes de la canasta básica a los fines de bajar los precios en góndola. “Deben haber detectado valores preocupantes en la primera semana”, advierte un empresario. Prometen incluir variedad de medicamentos en el programa importador.
La Secretaría de Comercio Interior analiza autorizar facilidades de importación a 800 medicamentos aproximadamente. Así lo confirman a Ámbito, en el marco de las reuniones que mantuvieron el funcionario de la cartera Pablo Lavigne y el ministro de Economía Luis Caputo.
Tras la jornada que mantuvo Pablo Lavigne con integrantes de la entidad representante de fabricantes de alimentos COPAL, donde se explicó el sentido de aplicar beneficios para la importación de productos que componen la canasta básica y entregó un listado general de los alimentos y bienes que se tendrán en consideración.
En el listado están incluidos los siguientes productos alimenticios: carnes bovinas, porcinas, aviar y derivados, pescados, lácteos, huevos, hortalizas, legumbres, frutas, verduras, frutos secos, especias, cereales, oleaginosas, grasas y aceites, pastas, panificados, salsas, confitura, cervezas y bebidas sin alcohol.
A su vez, incluyen ítems de higiene y limpieza: algodones, hisopos, desodorantes corporales, máquinas y espuma de afeitar, jabón de tocador, pañales descartables, papel higiénico, pasta dental, preservativos, productos para bebés, protección femenina, shampoo y acondicionador, detergente, jabón para ropa, lavandina y limpiadores.
Respecto de los productos de farmacia, incluye “más de 800 medicamentos” acondicionados para la venta al por menor.
Durante el encuentro de más de 700 empresas que AmCham Summit mantuvo en el Centro de Convenciones de Buenos Aires, hubo empresarios que se mostraron ciertamente sorprendidos por la medida, ya que no hubo aviso previo en el encuentro del ministro de Economía, Luis Caputo, con las alimenticias. Sin embargo, aseguran que no se modifican los ánimos con el funcionario.
Sin embargo, dudan de que la iniciativa del titular de Hacienda tenga un impacto económico negativo, por su nivel de concentración de venta en góndola. Además, desconfían de la espalda financiera -acumulación de dólares- del Gobierno para facilitar la importación en grandes magnitudes, considerando que el BCRA aún se mantiene con reservas netas negativas, pese a la performance que mantiene desde el 10 de diciembre.
Qué dijo la UIA sobre la apertura a la importación de alimentos
La institución que sí se expresó en contra de la medida fue la Unión Industrial Argentina (UIA): “Mientras los productores nacionales deben pagar en cuatro cuotas mensuales y con impuesto PAIS los insumos necesarios para la fabricación, los importadores de bienes terminados estarán exentos de impuestos y tendrán acceso total a las divisas necesarias en un solo pago a 30 días».
Al mismo tiempo, advirtieron por el nivel de actividad local: «El anuncio realizado hoy afecta seriamente la competitividad de las empresas que operan, producen y emplean en el país», finalizó la UIA, la entidad que -como la COPAL- lidera Daniel Funes de Rioja.
Respecto de la importación de medicamentos, Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (CEPROFAR), asegura que la medida podría habilitar a 300 laboratorios a importar, pero se trata de un “mecanismo extremo, que se usan cuando fallaron otros, y va en contra de los laboratorios nacionales”.
Desde Comercio Interior aseguran que la medida busca una disminución de los precios en góndola, luego de que Caputo asegurara que en diciembre los precios se fijaron a un dólar “a 2.000 o 3.000 pesos”. La comunicación oficial apunta a “mejorar la competencia y apuntalar la baja de la inflación”.
Para el ministro, “hay que dar un empujoncito” para negociar con los productores y forzar la competencia. “Este momento lo amerita. La gente está haciendo un esfuerzo y si los precios no reflejan un nivel razonable, no está bueno. No es en todos los productos sino canasta básica”, aclaró.
Ernesto Mattos, economista UBA y director del IDEPI-UNPAZ, duda del cumplimiento del objetivo. “Desregular el comercio no garantiza que vayan a bajar los precios”, alerta y ejemplifica: “Con Macri se abrieron las importaciones de tecnología y una computadora pasó de u$s 200 a u$s 1000”.
A su vez, entiende que el efecto indirecto es que “los más grandes ofrezcan productos importador, pero los más chicos no puedan competir en precio, afectando a los pequeños comercios y negocios de proximidad”. Aunque importar busque bajar precios, para el economista “es importante un shock de ingresos, ya que los salarios están 70 puntos por debajo de la inflación”.
El especialista marca que en Argentina los supermercados “son los grandes importadores” de esta iniciativa, ya que “o estabilizan el precio o aplican una rebaja del 10%, vaciando así a los almacenes de proximidad. “Son los mismos dilemas planteados en los noventa”, lamentó.
Por último, para Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, importar puede generar que “algún precio sea mas competitivo que otro y eventualmente bajen”, pero no se trasladará a la disminución de la inflación hacia adelante, porque la variación de precios “es afectada por otros factores también”. “Es cierto que la apertura de la economía promueve el sinceramiento de precios, pero no es lo único que hay que contemplar para bajar la inflación, asegura. Según el economista, la eventual presentación de nuevos productos en góndola podría tardar entre uno o dos meses.
(Fuente: Ámbito)