El oso, residente de un refugio en Giorgia, Estados Unidos, fue visto caminando sobre sus patas traseras y aparentemente «saludando» a los presentes.
En un sorpresivo encuentro que dejó sorprendidos a los visitantes, un oso pardo residente en un refugio de rescate en la aldea de Tskhvarichamia en Georgia, Estados Unidos, fue avistado caminando sobre sus patas traseras y, aparentemente, saludando a aquellos que lo observaban con asombro.
Este momento tuvo lugar el pasado sábado 27 de enero y fue inmortalizado en imágenes que muestran al imponente oso moviéndose con gracia, posiblemente disfrutando de la nieve o simplemente interactuando, a su manera, con los visitantes del refugio.
El refugio, hogar de 16 osos que fueron rescatados de circos privados y cazadores furtivos, es también el santuario de diversos animales, incluyendo lobos, caballos y perros que han sido abandonados.
El comportamiento del oso pardo, típicamente solitario a excepción de las hembras con sus crías, añadió un toque de curiosidad a este encuentro. Aunque son animales conocidos por su hibernación invernal, su avistamiento en pleno invierno fue un evento poco común.
Los osos pardos, habitantes de bosques y montañas en Norteamérica, Europa y Asia, son criaturas fascinantes que ocupan la cima de la cadena alimenticia en su hábitat natural. Aunque son mayormente omnívoros, su dieta puede variar desde frutos secos hasta la caza de pequeños mamíferos.
A pesar de su imponente tamaño, estos osos son capaces de alcanzar una velocidad sorprendente de hasta 50 kilómetros por hora, lo que los convierte en los depredadores ideales. Sin embargo, son también animales cautelosos y, en la mayoría de los casos, prefieren evitar el contacto con los humanos.
Tienen una longitud corporal de entre 1,50 y 2,95 m, dependiendo de la subespecie, y una altura de hasta 1,30 m. Su peso también varía, desde los 100 hasta los 675 kg. El color es muy variable de un individuo a otro, que puede ir entre un marrón muy oscuro y un dorado claro.