Un recluso será ejecutado este jueves mediante inhalación directa de nitrógeno en Alabama, Estados Unidos, en la primera vez que se aplica a una persona este método que la ONU equipara a «tortura». Existen muchas dudas de como será el protocolo de ejecución.
Se trata del segundo intento de ejecución de Kenneth Eugene Smith, quien aseguró que su cuerpo «se está desintegrando», luego de una fallida aplicación de la inyección letal. La ejecución de Smith, de 58 años, se realizará este viernes, siendo que la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, fijó un plazo de 30 horas para llevarla a cabo. Ante la decisión, el hombre declaró a la prensa que aún no aceptó la idea. «No estoy preparado para eso. De ninguna manera», indicó a The Guardian.
El condenado intentó impedir el desenlace al recurrir a la Corte Suprema de Estados Unidos alegando que este nuevo intento de ejecución violaría sus derechos constitucionales, además de solicitar su suspensión. Anteriormente todas las apelaciones que presentó en Alabama fueron rechazadas.
Sin embargo, el máximo tribunal del país, con mayoría de magistrados conservadores, rechazó la petición el miércoles. En sus alegatos, el estado de Alabama señaló que la hipoxia con nitrógeno es «quizá el método de ejecución más humano jamás inventado».
El recluso pasó décadas en el corredor de la muerte del centro penitenciario de Holman. Ya intentaron ejecutarlo en noviembre de 2022, pero los funcionarios de la prisión fueron incapaces de colocarle la vía intravenosa para administrarle la inyección letal en el tiempo legalmente previsto, después de «haber permanecido atado varias horas», según sus abogados.
«Todavía estoy traumatizado por la última vez», expresó el pasado diciembre en una entrevista a la radio pública NPR, en la que confesó estar «absolutamente aterrorizado» ante la perspectiva de volver a pasar por lo mismo. «Mi cuerpo se está desintegrando, no dejo de perder peso», declaró a la BBC.
Luego, amplió: «Tengo náuseas todo el tiempo. Me dan ataques de pánico con regularidad… Esto es solo una pequeña parte de con lo que he estado lidiando a diario. Tortura, básicamente». A su vez, hizo un llamado a las autoridades para que «detengan la ejecución antes de que sea demasiado tarde».
Smith fue declarado culpable del asesinato en 1988 de Elizabeth Dorlene Sennett, de 45 años, ordenado por su marido, Charles Sennett, un pastor muy endeudado e infiel, para que pareciera un robo que acabó mal y así cobrar el seguro de vida de la mujer. A pesar de que el marido se suicidó, la policía siguió la pista del asesinato que le llevó a dos hombres: Smith y John Forrest Parker.
Parker, que había sido condenado a muerte, fue ejecutado en 2010. Smith también fue condenado a muerte una vez, pero el juicio fue anulado en apelación. En 1996, en su segundo juicio, 11 de los 12 miembros del jurado estaban a favor de la cadena perpetua. Pero en su caso, como en el de su cómplice, el juez desautorizó a los jurados y le condenó a muerte, una posibilidad que existía entonces en algunos estados pero que ahora se abolió en todo el país.
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¿Cómo es la ejecución por gas de nitrógeno?
Alabama es uno de los tres estados del país que permiten las ejecuciones por inhalación de nitrógeno, en las que la muerte se produce por hipoxia, es decir por falta de oxígeno. Los condenados a muerte como Smith se verían obligados a respirar nitrógeno puro, privándolos así de oxígeno hasta su muerte. El nitrógeno constituye el 78% del aire que inhalamos y es inofensivo cuando se combina con oxígeno.
Según los informes, es probable que los prisioneros sean inmovilizados y posiblemente sedados antes de ser sometidos al gas y perder el conocimiento. Sin embargo, el método provocó muchos debates ya que quienes defienden los derechos humanos lo comparan con la experimentación humana, aunque quienes están a favor señalan que sería indoloro.
Lo cierto es que los detalles sobre el protocolo no son claros y los expertos advirtieron que podrían surgir numerosos problemas en la sala al momento de la ejecución. Los riesgos sugieren que un recluso podría tener que usar una máscara ajustada sobre su rostro para garantizar el éxito del procedimiento.
Sumado a esto, aún no está claro cuándo se les aplicaría esto o qué otras restricciones podrían usarse, y hasta qué punto resistirán algunos prisioneros condenados a muerte. Tampoco se sabe con certeza qué pasaría si el recluso contuviera la respiración o si la máscara no estuviera lo suficientemente ajustada.
Al respecto, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH) afirmó la semana pasada estar «alarmada» por esta ejecución programada «utilizando un método inédito y no probado, la hipoxia por nitrógeno». Esto «podría constituir tortura u otros tratos crueles o degradantes según el derecho internacional», advirtió la portavoz Ravina Shamdasani, quien pidió que la ejecución se suspenda.
(Fuente: Perfil)