Los villancicos forman parte de nuestra cultura universal. El poder de una canción navideña nos sirve como elemento indispensable para compartir, cantar y festejar la navidad en familia y con los que te rodean. ¿Cómo surgen las canciones que son consideradas las bandas sonoras de la navidad?
Los Villancicos surgen en el Renacimiento, a través de canciones cantadas de forma popular. Se trata de melodías muy sencillas que cantaba el pueblo para contar cualquier situación cotidiana: parodiaban a sus gentes, hablaban de historias de amor, e incluso formaban parte del Cancionero de Palacio.
Fue más adelante cuando se empezó a relacionar con la Iglesia, cantando en el Corpus Christi o Asunción. De esta manera surgieron los villancicos tal y como los conocemos hoy, cantados por niños en el coro de la Iglesia y entorno a la Navidad. Los Villancicos son tradicionales en España y Latinoamérica.
Los villancicos también están presentes en países de Latinoamérica, caso de Venezuela, Bolivia, Perú, Ecuador, Brasil, Argentina, Chile, México, y Colombia. Reino Unido y Estados Unidos tienen sus propios villancicos, que también están muy presentes durante la Navidad y que de la mano de grandes productoras de cine llegaron a diferentes partes del mundo.
Argentina y los Villancicos
El primero de los villancicos argentinos, es de la segunda mitad del siglo XVII. Fue escrito por Luis José de Tejeda y Guzmán, un cordobés, hijo de cordobeses, que nació en 1604 y a quien se considera el primer poeta argentino.
Las provincias argentinas tienen un tradicional patrimonio de coplas navideñas, muchas de ellas anónimas, tomadas en general del romancero español que solía elegir a la Virgen como centro de sus cantos navideños. Uno de esos cantos marianos que en España se conoce como «El llanto de la Virgen», figura por ejemplo en el folclore tradicional de La Rioja y Tucumán. El cancionero popular adaptó y enriqueció el aporte original hecho por España: se trata siempre de textos simples, cálidos, luminosos, como los que aquí siguen, y que llegan en el amanecer de un día en el que, como hace veinte siglos, lo más importante que suceda, sucederá en la noche.
Los villancicos favorecen la participación en la liturgia de Adviento y de Navidad. Cantar villancicos es un modo de demostrar nuestra alegría y gratitud a Jesús y escucharlos durante el Adviento ayuda a la preparación del corazón para el acontecimiento de la Navidad.
(Fuente: AICA)