La celebración del 492º aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac en México, congrega todos los años a millones de mexicanos y peregrinos que rinden honores a la Patrona de América.
El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, presidirá este 12 de diciembre la tradicional misa de las Rosas en la Basílica Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe, para celebrar el Acontecimiento Guadalupano.
Esa celebración se realiza dos veces al año en el santuario mariano. La primera ocasión en que se celebra durante el año es el 12 de octubre, para recordar el encuentro de los dos mundos, tras la llegada de los españoles a tierras americanas. La segunda ocasión es la fiesta de la Virgen de Guadalupe, cada 12 de diciembre.
La celebración recuerda el momento en que san Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe, se presentó ante el primer obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, y le abrió su tilma, en la que llevaba rosas que le había encargado la Virgen María, para que las presentara como una prueba de la veracidad de sus apariciones.
Cuando san Juan Diego abrió su tilma, todos contemplaron maravillados que la imagen de Santa María de Guadalupe había quedado milagrosamente estampada en la tela. Era el 12 de diciembre de 1531. La “Tilma” es una prenda que llevaban los indios macehuales para identificar la casta a la que pertenecían, la más baja, sólo por encima de los esclavos.
La tilma con la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe se conserva actualmente en la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México, al pie del cerro del Tepeyac.
La Basílica de Guadalupe es uno de los santuarios católicos más visitados del mundo. Solo en los primeros días de diciembre de cada año, más de 10 millones de peregrinos visitan el templo.
La concentración de personas alcanza su punto más alto desde la noche del 11 de diciembre, cuando los devotos se congregan para cantarle a la Virgen María las «Mañanitas». Para este año, las autoridades esperan que lleguen más de 13 millones de peregrinos.
Principales símbolos de la Virgen de Guadalupe
Al mirar la imagen de la Virgen de Guadalupe, se pueden observar varios rasgos específicos:
Embarazo: su gravidez se constata por la forma aumentada del abdomen, donde se destaca una mayor prominencia vertical que transversal, y corresponde a un embarazo casi en su última etapa.
Edad: representa a una joven de edad aproximada de 18 a 20 años.
Cabello: lo lleva suelto, lo que entre los aztecas es señal de virginidad. Es Virgen y Madre.
Rostro: es moreno, ovalado y en actitud de profunda oración. Su semblante es dulce, fresco, amable; refleja amor y ternura, además de una gran fortaleza.
Boca: tiene labios delgados, y el inferior, coincidentemente, quedó impreso sobre una amarra o nudo del ayate, lo que brinda al rostro una gracia adicional: una leve y tierna sonrisa.
Broche ovalado: el broche, en el cuello de la Virgen, es la síntesis de dos culturas; era idéntico al óvalo de jade que las estatuas de los dioses llevaban sobre el pecho como su propia alma, lo que les confería la vida. Pero la cruz grabada no es el quincunce mexica, sino la cruz de los cristianos, símbolo de la verdadera vida.
Manos: están juntas en señal de recogimiento, en profunda oración. La derecha es más blanca y estilizada, la izquierda es morena y más llena, podrían simbolizar la unión de dos razas distintas.
El cinto: marca el embarazo de la Virgen. Se localiza arriba del vientre. Cae en dos extremos trapezoidales que en el mundo náhuatl representaban el fin de un ciclo y el nacimiento de una nueva era.
La flor: de cuatro pétalos o Nahui Ollin: es el símbolo principal en la imagen, es el máximo símbolo náhuatl y representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del tiempo. En la imagen presenta a la Virgen de Guadalupe como la Madre de Dios y marca el lugar donde se encuentra Nuestro Señor Jesucristo en su vientre.
Rayos solares: la Virgen está rodeada de rayos dorados que le forman un halo luminoso o aura. El mensaje transmitido es: ella es la Madre de la luz, del Sol, del Niño Sol, del Dios verdadero.
Las nubes: para los antiguos mexicanos, las nubes que rodean la imagen se asociaban con altura, la elevación del espíritu e indicaban lo divino; además de simbolizar la vida.
El manto: tachonado de estrellas es semejante al de los más altos tlatoanis, indica la nobleza y la importancia del portador. Este manto, que cubre a la Virgen de la cabeza a los pies, también representa el cielo.
Túnica: es de color rojo con sombras carmesí y representa la guerra. Las varias figuras que bañan la imagen en color oro, en las que se encuentran nueve arreglos florales, podrían significar los nueve pueblos que peregrinaron desde Aztlán.
La luna: la Virgen de Guadalupe está de pie, en medio de la luna, y no es casual que la palabra México en náhuatl son “Metz – xic – co”, que significan “En el centro de la luna”. También es símbolo de fecundidad, nacimiento, vida.
El ángel: un ángel está a los pies de la Guadalupana, con ademán de quien acaba de volar. Las alas son como de águila, asimétricas y coloridas. Sus manos sostienen el extremo izquierdo de la túnica y el derecho del manto, que simboliza la unión del cielo con la tierra. El ángel puede representar también a San Juan Diego, el mensajero de la Virgen.
El nombre de “siempre Virgen Santa María de Guadalupe”, ella misma lo dio a Juan Bernardino, tío de San Juan Diego, cuando se le apareció para sanarlo de sus enfermedades.
Virgen de Guadalupe, patrona de América:
Más allá de su raíz, la virgen de Guadalupe se convirtió en la patrona de América latina que convoca, cada 12 de diciembre, a miles de fieles en Basílica de Santa María de Guadalupe, al pie del cerro Tepeyac. En ese mismo lugar fue canonizado, en 2002, Juan Diego Cuauhtlatoatzin por el papa Juan Pablo II.
El 24 de agosto de 1910 el papa Pío X la declaró «Celestial Patrona de América Latina». Pero luego, Pio XI la declaró «Patrona de todas las Américas», Pio XII la llamó «Emperatriz de las Américas» y Juan XXIII, «La Misionera Celeste del Nuevo Mundo» y «la Madre de las Américas.
(Fuente: aica y aci prensa)