Javier Milei ya es el nuevo presidente de Argentina. El saliente, Alberto Fernández, le entregó la banda presidencial y el bastón de mando.»Libertad, libertad», gritan los diputados de la Libertad Avanza, el partido del presidente entrante. Cristina tuvo el peor gesto, vulgar y desubicada en el último acto institucional del que participó como autoridad nacional.
Luego del momento de la jura protocolar, el presidente y la vice se dirigieron a la explanada del Congreso de la Nación, donde pronunció su discurso frente a la multitud congregada en la plaza.
El ultraderechista Milei gobernará junto a un Gabinete que fue considerado por medios del mundo como «reducido, heterodoxo, veterano y con más hombres que mujeres». Varios de sus ministros proceden de la empresa privada y carecen de experiencia política previa: es el caso de uno de sus hombres más cercanos, el ingeniero Nicolás Posse, que asume como jefe de Gabinete; la economista Diana Mondino, su canciller; el mediático abogado Mariano Cúneo Libarona, designado ministro de Justicia; y Sandra Pettovello, una periodista y productora de televisión que estará a cargo del megaministerio de Capital Humano, del que formarán parte Educación, Trabajo y Desarrollo Social.
El viernes, dos días antes de su asunción, el equipo de Milei dio marcha atrás en el área de Salud y confirmó que mantendría su estatus de ministerio encabezado por el cardiólogo Mario Russo, que ya trabajó en el área pública en la provincia de Buenos Aires durante el Gobierno de Mauricio Macri.
Para carteras decisivas, como Economía y Seguridad, Milei ha optado en cambio por ministros que también formaron parte de la gestión pública durante el macrismo: el financista Luis Caputo y la excandidata presidencial Patricia Bullrich. Consciente de que su partido tendrá minoría en ambas cámaras parlamentarias, Milei ha buscado también tender puentes con el peronismo no kirchnerista. De sus filas procede —tras un largo paréntesis fuera de la política— el titular de la cartera de Interior, Guillermo Francos, y quien encabezará la de Infraestructura, Guillermo Ferraro. Se trata de un Gabinete veterano, donde casi todos sus integrantes nacieron antes que Milei y la mitad ha cruzado ya la barrera de los 60 años: Francos (73), Ferraro (68), Bullrich (67) y Mondino (65), y en el que sólo tres de los nueve ministerios tendrán una mujer al frente.
Nicolás Posse, un ingeniero con trayectoria en el sector privado como jefe de Gabinete
Nicolás Posse estuvo a cargo de la coordinación de los equipos técnicos de La Libertad Avanza durante la campaña. Su nombre sonaba los últimos meses para jefe de Gabinete de un eventual Gobierno de Milei. En una entrevista en el diario Página/12, el biógrafo de Milei, Juan Luis González, explicaba: “Si hoy alguien quiere poner plata para la campaña de Milei, por ejemplo, tiene que llamar a Nicolás Posse”. El ultra ha calificado a su futuro jefe de Ministros como “una persona de una inteligencia extraordinaria, hiperhonesto, con una capacidad de trabajo furiosa y, sobre todas las cosas, muy ordenado”.
Egresado de un colegio irlandés privado, Posse se graduó como ingeniero del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y completó su formación en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido. En su perfil de la red social laboral Linkedin, Posse destaca su paso por corporaciones multinacionales y grandes compañías de los sectores de alimentos, bebidas, lujo, telecomunicaciones o infraestructura: trabajó nueve años en Molinos Río de la Plata, después en Telecom, fue director para Argentina, Uruguay y Paraguay de la marca de bebidas energizantes Red Bull y CEO de la empresa que controla los Duty Free de los aeropuertos.
En 2009, se involucró en un proyecto de la Corporación América, presidida por el empresario Eduardo Eurnekian, para construir un corredor ferroviario de alta tecnología que uniera los océanos Atlántico y Pacífico. La iniciativa, que iba a atravesar la Cordillera de los Andes, no se concretó. Pero en ese momento fue cuando se estrechó su relación con Milei, a quien conoce desde hace 15 años. Desde hace siete, Posse trabaja en Aeropuertos Argentina 2000, también del grupo empresarial Corporación América. Su último cargo allí fue como director de Proyectos.
Guillermo Francos, un político veterano con perfil negociador
El ministro de Interior, Guillermo Francos
Es un abogado de 73 años que conoce a fondo tanto los pasillos de la política como los de la empresa privada. Hijo de un almirante, de formación católica y recibido en Derecho por la confesional Universidad de El Salvador, Francos tenía 20 años cuando en 1970, con los militares en el poder, entró al Ministerio de Justicia. Llegó con un cargo administrativo y se mantuvo allí durante el tercer peronismo (1973-1976). Tras el golpe de Estado de 1976, fue nombrado director del Instituto Nacional de Créditos Educativos y después, con el regreso de la democracia, en 1983, integró las filas del Partido Federal del oficial naval Francisco Manrique como concejal de la ciudad de Buenos Aires. En 1997 fue elegido diputado, pero renunció a su banca tres años después, cuando había comenzado ya la crisis del “corralito”.
Padre de cinco hijos, Francos contó a EL PAÍS que en ese momento su sueldo de diputado nacional no le permitía pagar el seguro médico de salud para toda la familia. Ese deterioro económico y el desprestigio de la clase política de la que formaba parte lo llevaron a refugiarse en la empresa privada durante dos décadas. Recaló en la Corporación América, el vasto conglomerado empresarial donde conoció a Milei. De su mano regresa ahora a la política como ministro del Interior. La cintura política de Francos será clave para aportar gobernabilidad a un Gobierno novato sin gobernadores propios. Su rol será negociar con ese poder territorial y, a través suyo, con los legisladores que les reponde.
Luis Caputo, ministro de Economía
El financista Luis Toto Caputo, el hombre elegido por Milei como ministro de Economía, asume con la experiencia de haber sido secretario y ministro de Finanzas en los primeros años de Macri y presidente del banco central en 2018. Milei permitió que nombrase al frente del organismo monetario a alguien cercano a él, Santiago Bausili, una señal más de que la dolarización prometida por el presidente no será el punto de partida sino, en todo caso, la meta. Caputo tiene una tarea titánica por delante: la inflación argentina se acerca al 150%, no hay reservas en el banco central y coexisten más de una decena de tipos de cambios debido a numerosas restricciones que llevan más de una década.
Este economista de 58 años llegó a Macri a través del estrecho vínculo que el expresidente tenía con su primo, el empresario Nicolás Caputo, y fue otro lazo familiar, en esta ocasión su sobrino Santiago Caputo, quien lo acercó unos meses atrás a Milei. En el sector privado, Caputo desarrolló una notable carrera como operador bursátil: primero como jefe de mercados emergentes para JP Morgan Chase y después en Deutsche Bank, entidad de la que dirigió la filial argentina entre 2003 y 2008.
Su gestión al frente de la cartera de Finanzas entre 2015 y 2018 se destacó por el rápido endeudamiento de Argentina, con instrumentos recordados como la emisión de un bono a cien años. En 2018, cuando el mercado comenzó a dar señales de que el país sudamericano ya no resultaba tan atractivo, Caputo fue uno de los que sugirió a Macri a solicitar un salvataje al Fondo Monetario Internacional (FMI). Argentina ha sido incapaz de devolverlo en los tiempos acordados.
El nombramiento de Caputo al frente del banco central fue muy criticado en su momento por el FMI, que lo consideraba inadecuado por su falta de experiencia en política monetaria. Caputo está en la mira de la Justicia por una causa vinculada a una compañía en un paraíso fiscal que omitió en sus declaraciones fiscales y otra vinculada al crédito del FMI.
Patricia Bullrich, mano dura en el Ministerio de Seguridad
Patricia Bullrich, el halcón de la derecha conservadora argentina que fracasó en su ambición presidencial, ha recibido uno de los cargos centrales del futuro Ejecutivo de Milei: el Ministerio de Seguridad. Repite la misma cartera que ya ocupó durante todo el mandato de Macri, pero parece gozar ahora de un mayor respaldo político y social para aplicar mano dura contra delincuentes, narcotraficantes y también contra aquellos que cortan calles como método recurrente de protesta.
Bullrich es una conversa. Su bautismo adolescente fue como militante de la Juventud Peronista y de Montoneros, el grupo guerrillero del peronismo revolucionario, pero se arrepintió pronto y comenzó un giro hacia la derecha. Defiende el aborto legal y respeta la diversidad sexual, pero son los únicos matices de quien hoy encarna el ala más dura de JxC.
La ministra de Seguridad libró una batalla encarnizada con Milei a lo largo de toda la campaña electoral y llegó a denunciarlo ante los tribunales por haberla acusado de ser una “tirabombas” durante su juventud. Sin embargo, tras quedar fuera de la segunda vuelta presidencial, aceptó la mano que le tendía el líder de la ultraderecha y se alejó incluso de su padre político, Macri, para asegurarse el puesto.
Diana Mondino, una canciller debutante en un país sin dólares
Diana Mondino, economista y profesora universitaria de 65 años, debutará en la política como encargada de las relaciones exteriores de Javier Milei. Dedicada a la enseñanza y al sector privado hasta su acercamiento al nuevo presidente, Mondino asumirá la cartera después de encargarse de las relaciones institucionales y enseñar Finanzas en la Universidad CEMA, una institución privada fundada a finales de los setenta en Buenos Aires, en plena dictadura militar. la UCEMA fue fundada por economistas graduados en la Escuela de Chicago y se convirtió en la gran usina del liberalismo en Argentina.
Mondino es analista de mercados, fue miembro del directorio de empresas nacionales como la cementera Loma Negra o la energética Pampa Energía, y calificadora de riesgo desde una empresa propia y en la agencia estadounidense Standard & Poor’s como directora para Latinoamérica. Su nombre fue uno de los primeros de peso que se acercaron a Milei cuando su campaña presidencial empezaba a nacer. La economista nacida en Córdoba, el corazón conservador de Argentina donde cursó la carrera de Economía en la universidad pública, se acercó al espacio del ultra a mediados de 2022.
Los rumores la ubicaron como candidata de La Libertad Avanza agobernadora de su provincia e incluso como vicepresidenta. Finalmente, ganó un escaño en las generales de octubre pasado como senadora por la ciudad de Buenos Aires y se unirá al Gabinete del presidente como encargada de sus relaciones internacionales.
Guillermo Ferraro, un peronista en Infraestructura
Guillermo Ferraro, doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, tendrá en sus manos cinco áreas clave del nuevo Gobierno: Obras Públicas, Energía, Transporte, Comunicaciones y Minería. Milei englobará estas carteras en un “superministerio” de Infraestructura y ha elegido a este viejo militante peronista para liderarlo.
Ferraro fue jefe de asesores del histórico líder peronista Antonio Cafiero, gobernador de la provincia de Buenos Aires, durante su paso por el senado nacional. En los noventa, trabajó en la Asamblea Constituyente y acompañó al peronista neoliberal Carlos Menem durante la reforma constitucional que habilitó su reelección. Fue subsecretario de Industria del Gobierno de Eduardo Duhalde, entre 2002 y 2003, y vicepresidente de la empresa nacional de servicios entre 2005 y 2007 bajo la presidencia de Néstor Kirchner.
Después se dedicó al sector privado en una consultora que fundó en 1978 y que asesora en gestión a empresas privadas, desde productoras de alimentos a tecnológicas a metal-mecánicas y petroleras.
Milei ha anunciado que quiere implementar en Argentina un modelo de obra pública “a la chilena”, que girará en torno a la concesión de obras al sector privado. Ha dicho incluso que las obras actuales deberán adaptarse a este sistema. “Nosotros no tenemos plata, con lo cual esas obras pueden ser entregadas al sector privado y que las termine el sector privado”, anunció tras ganar las elecciones.
Ferraro, que saltó a la primera línea de La Libertad Avanza durante las elecciones como uno de los encargados de la fiscalización de votos en todo el país, deberá conducir la explotación en el gasoducto de Vaca Muerta, que el Gobierno peronista habilitó este año para nutrir de gas natural el país, o resolver las asperezas con Paraguay por el uso de la hidrovía en el río Paraná. Está alineado con su nuevo jefe, y ya ha anunciado que “todo lo que pueda hacer el privado lo hará”.
Sandra Pettovello, la misteriosa “superministra” encargada del área social
Milei ha decidido reducir al máximo las carteras de su Gobierno, y concentrará las áreas de Educación, Trabajo y Desarrollo Social a un nuevo ministerio bautizado de Capital Humano. A cargo estará Sandra Pettovello, de 55 años, licenciada en Periodismo de la Universidad de Belgrano y graduada en una carrera llamada Ciencias para la Familia, de la Universidad Austral, que tendrá a su cargo el sistema de asistencia estatal que Milei prometió exterminar.
Pettovello, que no tiene experiencia en la gestión pública, es la más reservada de los delegados de Milei. Pero también una de las ministras que más confianza ha recibido de parte del nuevo presidente: cuando todavía estaba en campaña y paseaba por canales de televisión tachando ministerios en pizarras, explicó que toda el área social estaría a cargo de una sola cartera y que Pettovello sería su ministra. Fue la primera que nombró.
Pettovello fue productora televisiva y columnista radial, militante juvenil de la Unión del Centro Democrático, un partido de derecha conservadora y liberal en lo económico que en los noventa se alió a Carlos Menem y en los últimos años se había acercado a Propuesta Republicana, del expresidente Mauricio Macri. En la primera entrevista que dio, en julio de este año, Pettovello afirmó que era amiga de Milei desde hace mucho tiempo y que le aceptaría ser su ministra. Pidió entonces “darle un voto de confianza” al entonces candidato. “Si bien es muy humana la resistencia al cambio, a veces es más fácil quedarse en el mismo lugar revolcándose en el lodo”, dijo, “esta es la oportunidad de algo diferente”.
Pettovello se define en LinkedIn como “especialista en Familia y temas sociales”. En 2019 se licenció en Ciencias para la Familia una carrera que, según la Universidad Austral, apunta a “formar profesionales especializados en el estudio de la realidad familiar desde un abordaje interdisciplinar”. En esa misma universidad, una institución privada y católica que delega el trabajo pastoral al Opus Dei, trabajo como investigadora en temas de infancias y paternidad. El Milei del último tramo de la campaña aseguró que, ante el ajuste fiscal que piensa llevar a cabo, solo Pettovello tendrá “cartera abierta” para ayudar a “los caídos”.
Mario Russo, ministro de Salud a última hora
Hasta dos días antes de jurar como presidente, Milei había reducido el ministerio de Salud a una de las carteras del área de Capital Humano. El viernes por la tarde cambió de opinión. Salud mantendrá su estatus y el ministro será Mario Russo, un cardiólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires.
Russo se dedicó al trabajo en hospitales desde los noventa hasta 2009, años entre los que llegó a ser coordinador del Servicio de Trasplante Cardiopulmonar Pediátrico del Hospital Italiano de Buenos Aires, el centro médico privado más grande de la capital argentina, o director del Servicio de Cardiología del Hospital Polo Sanitario Malvinas Argentinas, una institución pública de la provincia de Buenos Aires.
En 2009 se convirtió en secretario de Salud de dos municipios bonaerenses: en San Miguel, donde mantuvo durante seis años, y en Morón, donde mantuvo la cartera durante un año entre 2015 y 2016. Ese año se convirtió en subsecretario de Coordinación de Políticas Sanitarias y de Planificación y Contralor Sanitario de la provincia de Buenos Aires durante el Gobierno de María Eugenia Vidal, la gobernadora que llegó al cargo en 2015 mientras su jefe político, Mauricio Macri, ejercía la presidencia.
Mariano Cúneo Libarona, un abogado mediático para Justicia
El nombre de Mariano Cúneo Libarona fue uno de los primeros que definió Milei para su Gabinete tras ser electo presidente. El abogado, nacido en Buenos Aires hace 62 años, es miembro de una familia de letrados y encabeza, junto a sus hermanos Rafael, Matías y Cristián, el estudio que lleva su apellido. En su biografía, destaca su paso por el Poder Judicial en los años ochenta y el ejercicio de su profesión “libremente” desde principios de los noventa. En esos años, se posicionó como uno de los abogados más mediáticos del país. Ha representado a deportistas, clubes de fútbol y personalidades cercanas al poder.
El caso que le dio fama fue el de Guillermo Cóppola, exrepresentante del futbolista Diego Maradona, quien fue acusado de narcotráfico después de que se encontraran 400 gramos de cocaína en un jarrón en su casa. Finalmente, Cóppola quedó en libertad y tres policías, el juez y el secretario a cargo de la investigación fueron presos. Cúneo Libarona también defendió al cuñado del expresidente Carlos Menem, Emir Yoma, en un caso de desvío ilegal de armas argentinas a Ecuador y Croacia, y a la cuñada del exmandatario, Amira Yoma, en un juicio por narcotráfico. En esos años, estuvo preso durante poco más de un mes por extorsión. Más recientemente, ha representado a clientes como el exsenador José Alperovich en un caso por abuso sexual.
Si es ratificado en el nuevo Gobierno, será el encargado de garantizar un Poder Judicial “absolutamente independiente”, como espera Milei. “Nuestro ministro de Justicia está comprometido a llevar a cabo una reforma que profundice y le dé independencia al Poder Judicial”, dijo el ultra el lunes en un programa de radio, cuando anunció el nombre de su futuro ministro. Ambos se conocieron trabajando en la Corporación América, del empresario Eduardo Eurnekian, y coincidieron como panelistas en un programa de ese grupo multimedios, Animales sueltos, clave en la popularidad de Milei.
(Fuente: El país)