En diálogo con “La Última Rosca” por RadioUp, Matías Pamberger, presidente de la Sociedad Rural de Misiones, expresó su creciente preocupación por la proliferación de los ciervos axis en la provincia y los múltiples desafíos que esta situación plantea. Desde la seguridad vial hasta los daños en la producción agrícola y ganadera. Al mismo tiempo consideró que una salida posible sería crear «cotos de caza», espacios pagados para atrapar a estos animales para ser consumidos.
Según Pamberger, el problema más evidente es el aumento de los accidentes viales causados por la presencia de los ciervos axis en las rutas de Misiones. Los animales se volvieron más frecuentes en áreas como la ruta 105 y la ruta 12, donde la autovía es un lugar de alto riesgo. La población de ciervos axis se volvió poco manejable, con estimaciones que sugieren la existencia de alrededor de mil de estos animales en la provincia.
Pamberger enfatizó en un aspecto que considera de «gravedad»: “Estamos en presencia de una especie que en cuanto a la cantidad hoy está con una población que resulta poco manejable. La proliferación de los ciervos axis alcanzó niveles alarmantes, y esto representa un riesgo significativo para quienes utilizan nuestras carreteras”.
Amenaza para la agricultura y la ganadería
Explicó que «los ciervos axis también están causando estragos en la producción agrícola y ganadera de Misiones. Se alimentan de pastos y dañan plantaciones de pino y eucalipto. Los yerbales tampoco están a salvo, ya que estos animales pueden romper los gajos, lo que genera graves pérdidas económicas. Además, la presencia de los ciervos axis aumenta la preocupación por enfermedades que afectan al ganado vacuno, como la brucelosis y la leptospirosis», comentó.
Según Pamberger, “el consumo de pastos y la destrucción de nuestras plantaciones son problemas graves para nuestra economía. Además de los daños económicos, la proliferación de ciervos axis está relacionada con un aumento en las enfermedades que afectan a nuestro ganado”, aseguró.
Inacción Política
Una preocupación adicional es la aparente inacción de las autoridades provinciales para abordar este problema. A pesar de la gravedad de la situación, no se tomaron medidas significativas. Pamberger sugiere que las próximas elecciones y el cambio de autoridades pueden estar influyendo en esta falta de acción.
Pamberger expresó su preocupación al respecto: “El problema parece estar relacionado con la política. Las elecciones se acercan, y la inacción de las autoridades es inaceptable. Necesitamos tomar medidas ahora para evitar mayores daños económicos y riesgos para la seguridad de los residentes de Misiones”.
Propuesta de solución
Pamberger planteó una propuesta para abordar esta crisis. Sugirió la creación de cotos de caza controlados en parques provinciales o nacionales y en propiedades privadas, siempre supervisados por ecologistas y guardaparques. Esta medida no solo podría ayudar a controlar la población de ciervos axis, sino también generar ingresos para la provincia.
En sus propias palabras, Pamberger explicó que, “la única forma de controlar la población de ciervos axis, dado que la exterminación es imposible una vez que están establecidos, es cazarlos de manera controlada. Podríamos establecer cotos de caza dentro de los parques provinciales o nacionales y en campos privados. Esto no solo controlaría la población, sino que también generaríamos ingresos para la provincia”.
Cotos de caza y fuente de millonarios ingresos
Desde hace 20 años, la Argentina se convirtió en lugar privilegiado para los millonarios que usan la caza como diversión o solamente como pasatiempo por el que pueden pagar.
En 2003, el diario Clarín registraba el boom de este fenémeno en tierra argenta: «La caza, un coto para muy pocos que mueve US$ 112 millones» fue el titular que abordá la cuestión sin vueltas.
En el artículo mencionado, sostenían que la «caza deportiva creció al compás de la devaluación. Y cada año llegan 6.000 extranjeros atraídos por la actividad. Se ofrecen safaris de hasta 3.000 dólares. Advierten sobre los peligros de la matanza indiscriminada», advertían en 2003.
Allá lejos en el tiempo, el mismo diario señalaba que «cada año, entre 5.000 y 6.000 extranjeros, estadounidenses y europeos, vienen de caza a la Argentina, cifra a la que se le suman cientos de cazadores locales, que van desde hombres de campo a estancieros y empresarios de alto poder adquisitivo, indicaron fuentes del sector, muy renuentes a revelar su identidad».
Según una investigación realizada por el ingeniero agrónomo Oscar Rúa, para la Cátedra Producciones Animales Alternativas, de la Facultad de Agronomía de la UBA, la caza menor en este país (palomas, torcazas y patos, entre otros) generaba en 2003 un movimiento comercial anual de U$S 112 millones. A ello falta sumarle las cifras no conocidas que resultan de la caza mayor, más selecta pero también más costosa, y que alimenta a su vez el mercado de los grandes trofeos de jabalíes, ciervos, pumas y otros.
Con la discusión sobre el ciervo axis en Misiones -o en gran parte del país-, disfrazada o atenuada con el nombre de «actividad cinegética» resta determinar las verdaderas intenciones ocultas o disimuladas en distintos argumentos a favor o en contra.
Lee más sobre este tema en: Ciervo axis | Entre la ternura de “Bambi”, el daño ambiental y la discusión sobre la caza en Misiones