El conflicto por las islas Diaoyu, conquistadas por Japón tras la guerra con China en 1894-95, regresó a raíz de que en septiembre de 2012 Japón nacionalizara el suelo de tres de ellas.
Las tensiones van en aumento también en la parte más oriental del planeta y soplan vientos de un nuevo conflicto que pone en alerta a la región. El choque entre China y Japón parace ser inevitable mientras de ambos lados se mueven fichas y se exhibe «musculatura» militar, unos hechos que no hacen otra cosa más que hacer más oscuro el panorama que viene.
En esta oportunidad el foco se pone en lo que sucedió en las aguas territoriales de las islas Diayou, también conocidas como Senkaku en Japón y cuya soberanía se disputan tanto Tokio como también Pekín.
China denunció este miércoles 1ro de noviembre que tres barcos japoneses y varias otras embarcaciones patrulleras «entraron ilegalmente» en las mencionadas aguas.
El portavoz de la Administración de Guardacostas de China, Gan Yu, aseguró que las naves chinas «tomaron medidas de control necesarias según la ley».
Entre tanto, Gan Yu también enfatizó que las islas Diaoyu y sus islotes adyacentes son «territorio inherente» de China y que los guardacostas chinos realizan actividades de aplicación de la ley para salvaguardar la soberanía en las aguas bajo su jurisdicción. «Instamos a Japón a que detenga inmediatamente todas las actividades ilegales en esta área y garantice que no vuelvan a ocurrir incidentes similares», dijo el portavoz.
Tensiones de larga data
El conflicto por las Diaoyu/Senkaku, conquistadas por Japón tras la guerra con China en 1894-95, se recrudeció en los últimos años, a raíz de que en septiembre de 2012 Japón nacionalizara el suelo de tres de ellas.
Situadas en el mar de China Oriental, a unos 150 kilómetros al noreste de Taiwán, que también reclama su soberanía, estas islas deshabitadas tienen una superficie de unos siete kilómetros cuadrados y se cree que en sus aguas adyacentes podría haber importantes yacimientos de gas o petróleo.
En los últimos meses, las ya delicadas relaciones entre China y Japón se vieron deterioradas por el vertido de agua contaminada y tratada de la accidentada central nuclear japonesa de Fukushima el pasado verano, acción condenada por Pekín reiteradamente y a la que respondió con la imposición de un veto comercial a los productos marítimos japoneses, decisión que Tokio protestó ante la Organización Mundial del Comercio.
(Fuente: Canal 26)