Otra suba del río Uruguay generó la evacuación preventiva de familias. Desde el pasado mes de agosto las lluvias intensas, ciclones y hasta tornados de viento y lluvia azotan a los estados del sur de Brasil y en particular a los estados de Santa Catarina y Río Grande do Sul. En Santa Catarina murieron 6 personas como consecuencia directa de las inundaciones de calles, poblaciones enteras y la creciente de ríos y arroyos, 125 cidades están en situación de emergencia por lluvias. Toda esa agua, «baja» y genera consecuencias previsibles en poblados argentinos.
Río abajo, las localidades fronterizas de Argentina, por cuestiones propias de la orografía, la forma del terreno, las leyes de la física y las cuencas hidrográficas, sufren las consecuencias de ese fenómeno meteorológico que ataca sin piedad -desde hace más de dos meses- a la región preferida por los argentinos para veranear.
En ese contexto río arriba, los municipios argentinos situados río abajo prefieren «reunirse en comité para evacuar a las familias que viven en la costa». La misma costa donde no debían estar, porque el Estado provincial, desde 2014 comenzó a construir y distribuir viviendas a los ocupantes de terrenos bajos que fueron -históricamente- rápidamente inundados.
La causa preferida aludidos por esos comités para explicar el fenómeno siempre fue «Brasil abrió las compuertas de las represas», olvidando mirar -siquiera por curiosidad- el nivel de lluvias de la región vecina en el vecino país y obrar en consecuencia, antes de que el agua llegue a territorio argentino.
Mientras tanto, en el estado de Río Grande do Sul, el mes pasado murieron 42 personas y 25 permanecían desaparecidas, como consecuencia de un ciclón inusual para la región. En la primera quincena de octubre, en el estado de Santa Catarina fueron 6 muertos, en inundaciones repentinas o esperable.
Río do Sul y Taió las localidades más afectadas
En el mapa de ruta hacia las playas catarinense, el argentino que tome la BR 470 cruza un poco después de la mitad del camino entre la frontera y Camboriú, la ciudad de Río do Sul. En la región conocida como Vale do Itajaí se contabilizaron 6 muertos solo entre los 16 primeros días de octubre. En la localidad de Taió, distante pocos kilómetros hacia el oeste de Río do Sul, el agua subió hasta alcanzar el segundo piso de los edificios y demora en bajar. En tanto las lluvias continúan sin piedad.
El Soberbio y la triste historia repetida
La semana pasada, el 9 de octubre, la información fue que había más de 70 familias evacuadas; días después, que las familias volvían a sus casas porque el nivel del río había bajado. En el mismo momento, todo el sur de Brasil estaba en Alerta máxima por fenómenos meteorológicos que incluía la «caída de gran cantidad de lluvias, posibilidad e inundación y vientos fuertes».
En El Soberbio nadie se enteró. El río había subido, las familias fueron evacuadas; el río bajaba, las familias volvían. El comité distribuía fotos y todos felices.
La lluvia caída en Brasil fue mayor a la que se esperaba. La inundación agravó mucho más el panorama. Los diques construidos para generación eléctrica o para regadío no abrieron las compuertas, sino que «transbordaron»; es decir que el agua contenida en el lago aumentó tanto su nivel que superó el de la construcción e inundó poblados y campos río abajo.
Y en El Soberbio volvió a reunirse el Comité de Crisis: la Municipalidad, Prefectura, Policía, Bomberos Voluntarios, Gendarmería y Salud Pública. Evacuaron entonces al amanecer de este miércoles 18 del mismo octubre a «unas 30 familias».
«El río Uruguay pasó los 12 metros cerca de las 23 y el anuncio de la represa Foz do Chapecó del incremento del caudal que expulsa aguas abajo, hicieron que se tome la medida preventiva de evacuar en los barrios Unión y Chivilcoy», dice la información incompleta de un medio local.
Las abundantes lluvias inundaron en pocas horas localidades enteras del sur de Brasil, causaron muerte y destrucción. Un escenario que evidencia los efectos del calentamiento «excesivo» y deja muy nítido la lentitud de los gobiernos para adaptarse a la crisis climática, a la previsión y las acciones responsables de los gobiernos locales.
Sobre el río Uruguay
Según el organismo internacional Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), el río homónimo es un curso de agua internacional y su cuenca hidrográfica se encuentra formando parte de los territorios de Argentina, Brasil y Uruguay abarcando un área total de aproximadamente 339.000 Km2.
Tiene sus orígenes en la Sierra do Mar (Brasil), siendo su longitud de 1.800 Km. hasta su desembocadura en el Río de la Plata. Su curso transcurre un 32% aproximadamente por territorio brasilero, un 38% forma límite entre Argentina y Brasil y un 30% forma limite entre Argentina y Uruguay, tramo éste último bajo administración de la Comisión Administradora del Río Uruguay.