La diferencia es que ahora no hay margen de error. En el partido decisivo ante Japón (el domingo a las 8, en Nantes), los Pumas saldrán a la cancha prácticamente con el mismo equipo que cayó estrepitosamente en el debut en Francia 2023 ante Inglaterra. Una apuesta arriesgada de Michael Cheika y el staff de entrenadores comandado por Felipe Contepomi para un equipo que en sus tres partidos previos estuvo lejos de alcanzar un rendimiento armónico.
Con el pase a cuartos de final en juego, los Pumas repetirán el equipo del debut con la inclusión de Guido Petti Pagadizábal entre los titulares (para entonces no estaba en plenitud física) en un enroque con Matías Alemanno, que va al banco. La mayor novedad es el ingreso de Nicolás Sánchez entre los suplentes, en detrimento de Rodrigo Bruni, que sale de los 23. En Marsella habían empleado un banco con seis forwards y dos backs, pero ahora vuelven a la tradicional combinación 5-3.
“Es un equipo que pensamos tiene buen equilibrio. No sólo el 15 que arranca, sino los ocho que terminan el partido [los suplentes]”, justificó Cheika. “Estamos contentos con la competencia que hay entre los jugadores toda la semana. Cinti entra jugar en su rol. Cubelli está mejorando con cada entrenamiento, arrancó el año sin mucho trabajo, pero pienso que el segundo tiempo de Bazán Vélez ante Chile fue muy bueno, entró con mucha energía. Estoy contento con el grupo. Hay buena competencia y nos hacen muy difícil la selección. Facundo Isa, Rodrigo Bruni, Jerónimo de la Fuente, Cubelli… Están en buena forma y poniendo presión. Estoy contento y claro con el grupo que juega esta semana.”
El riesgo de emplear esta alineación pasa por el bajo rendimiento que vienen mostrando jugadores en puestos clave: se mantienen Gonzalo Bertranou y Santiago Carreras como pareja de medios y Juan Martín González como número 8. En cambio, queda al margen de los 23 Tomás Cubelli, que había tenido una buena actuación ante Chile, lo mismo que Facundo Isa, que además tiene atributos que se ajustan mejor a lo que requiere el partido, al igual que Bruni: la capacidad de tomar la pelota, romper tackles e ir hacia adelante cerca de las formaciones, una de las mayores debilidades de la defensa de Japón.
La opción por Bertranou y Carreras en la conducción es igualmente arriesgada. Con un equipo que no logra llevar a cabo el funcionamiento que se propone, como se vio en los partidos anteriores con incontables pérdidas de pelota en el contacto, ya sea por errores de manejo o porque el rival le pescaba la pelota en el ruck, la función de los conductores adquiere más relevancia ya que son los que deben decidir qué alternativas llevar adelante el partido cuando el plan estipulado no funciona. Cuando les tocó actuar ante Inglaterra y Samoa, no dieron con las teclas adecuadas. En cambio, salvando las diferencias del rival, Cubelli y Sánchez estuvieron mucho más finos ante Chile.
“No evaluamos sólo lo que hicieron en los dos partidos que jugamos en este Mundial. También tenemos en cuenta lo que ocurrió el año pasado y los partidos de este año. La preparación de los jugadores es mucho más que sólo dos partidos”, dijo Cheika en relación a su elección de la pareja de medios. “En particular del partido con Samoa, me gustó mucho la manera en que reparamos nuestro sistema haciendo las cosas que quisimos hacer y entrenamos. También me gustó que cuando no anotamos los puntos que tendríamos que haber anotado después de haber dominado territorialmente, no entraron en pánico. Jugaron pelotas rápidas, aunque hubo algunos errores de mano de otros jugadores. Al mismo tiempo, fueron consistentes con las cosas que queremos hacer, con las cosas que entrenamos y que preparamos. Cuando el 9 y el 10 tienen eso claro, el resto del equipo que está contando con ellos hace lo mismo. Quizás contra Inglaterra no estuvieron tan claros. Pero cuando volvimos de momentos de dificultad, el equipo tiene que ver que el 9 y el 10 puedan volver de esta situación y volver a poner el equipo en la situación que queremos. Contra Samoa dominamos por un tiempo importante, pero no dominamos el score. Pero ellos siguieron haciendo lo que tenían que hacer. Eso me gustó mucho. Hace dos años que vienen trabajando juntos para preparar esto, les tengo mucha confianza”, amplió su mirada sobre la elección.
La decisión subraya el discurso que vienen repitiendo los entrenadores desde el inicio de esta copa y que sintetizó muy bien Agustín Creevy el jueves: “Vamos a morir con la nuestra”. La apuesta es por recuperar la fluidez del juego de los Pumas, algo que a lo largo del proceso de Michael Cheika afloró con asiduidad. Hay ejemplos como las victorias ante Australia o la ajustada derrota ante Sudáfrica en Ellis Park. Al mismo tiempo, estos Pumas dieron sobradas muestras de ser un equipo inconsistente. Por momentos parece irse de los partidos y entra en una sucesión de errores y penales innecesarios que le terminan costando la derrota. Ante Inglaterra, esta situación se extendió por 80 minutos. Hubo debutantes que padecieron y jugadores experimentados que no supieron tomar la batuta y encauzar el rumbo.
Si algo tienen los Pumas para confiar en que con esta formación pueden recuperar su mejor forma es la solidez en algunas cuestiones básicas y fundamentales. La defensa, en primer lugar, viene siendo eficiente. Las formaciones finas, excepto en el cierre del partido ante Inglaterra cuando todo era confusión, están firmes, lo mismo que el maul, un arma. Japón opondrá una resistencia mayor a Samoa o Chile, pero sigue siendo un aspecto donde los argentinos deberían sacar ventana.
Japón, sin su medio-scrum titular
Durante toda la semana, la prensa japonesa se abocó a especular sobre la presencia o no de su medio-scrum titular Yutaka Nagare, lesionado en la previa del partido con Samoa. Finalmente, aunque no llega al 100%, el entrenador Jamie Joseph lo ubicó entre los suplentes. Otra novedad en el equipo japonés es la presencia del wing Siosaia Fifita (1,87m y pesa 110kg), quien no había visto acción previamente en este Mundial. El nacido en Tonga mandó al banco al fijiano Jone Naikabula.
Cheika conoce bien a los japoneses de haber sido entrenador de NEC Green Rockets, donde tuvo como discípulo a Lomano Lemeki. Cuando estuvo al frente de Wartahs, también tuvo bajo su ala al wing Kotaro Matsushima. Lemeki y Matsushima son los dos jugadores más peligrosos de entre los backs.
“Japón es un equipo muy disciplinado, tienen muy claro lo que quieren hacer en cada partido, están muy bien entrenados”, opinó Cheika. “Queremos cambiar esta situación. Vamos a ver cómo hacemos para ponerlos en dificultad, cómo podemos ponerlos bajo presión, cómo entrar en nuestro momentum y aprovecharlo. Van a poner una línea defensiva de 14 jugadores y debemos tener la capacidad de crear espacios para atacarlos. Es un Test Match en un Mundial, van a ser los mejores jugadores de ellos contra los mejores de nosotros”, finalizó.
Las formaciones
Argentina: Juan Cruz Mallía; Emiliano Boffelli, Lucio Cinti, Santiago Chocobares y Mateo Carreras; Santiago Carreras y Gonzalo Bertranou; Marcos Kremer, Juan Martín González y Pablo Matera; Tomás Lavanini y Guido Petti Pagadizábal; Francisco Gómez Kodela, Julián Montoya (c) y Thomas Gallo.
Entrenador: Michael Cheika
Suplentes: Agustín Creevy, Joel Sclavi, Eduardo Bello, Matías Alemanno, Pedro Rubiolo, Lautaro Bazán Vélez, Nicolás Sánchez y Matías Moroni.
Japón: Lomano Lemeki; Kotaro Matsushima, Dylan Riley, Ryoto Nakamura y Siosaia Fifita; Rikiya Matsuda y Naoto Saito; Pieter Labuschagné, Kazuki Himeno (c) y Michael Leitch; Amato Fakatava y Jack Cornelsen; Jiwon Gu, Shota Horie y Keita Inagaki.
Entrenador: Jamie Joseph.
Suplentes: Atsushi Sakate, Craig Millar, Asaeli Ai Valu, Warner Dearns, Amanaki Saumaki, Yutaka Nagare, Ryohei Yamanaka y Jone Naikabula.
(Fuente: La Nación)