Eldorado cumple hoy 104 años de su creación, San Vicente cumplió 62 y Concepción de la Sierra 146 años de la demarcación oficial de su jurisdicción.
78 son los municipios que actualmente conforman la Tierra Colorada. Cada uno de ellos con su identidad e historias propias, algunos con más de 400 años de historia y otros municipios con apenas 2 0 3 años desde su creación original, forman parte de la riqueza única de la «Tierra Sin Mal», la casa grande de los Avá.
Eldorado
Lo que hoy conocemos como la ciudad de Eldorado, fue el resultado de un proyecto impulsado por el empresario Adolfo Julio Schwelm, a finales de la década de 1910.
Según el historiador Alfredo Poenitz, Schwelm fue un alemán nacido el 29 de septiembre de 1882 en Frankfurt, Alemania. Llegado a la Argentina en 1914 y formado en el mundo financiero, se contactó con los principales representantes de la banca argentina. En sociedad con el hijo del gobernador de Santa Fe, Luciano Leiva, compró tierras en La Pampa, el Chaco y Santiago del Estero.
Con Vicente Fidel López, hijo del historiador, realiza una travesía por el río Paraná, oportunidad en la que se enamoró de la selva misionera. Así compró en sociedad con Tornquist y Leiva un campo de 82 mil hectáreas en las márgenes del río Paraná, enmarcado al norte y sur por los ríos Piray miní y Piray guazú.
En ese espacio, Schwelm fundaría la colonia Eldorado, nombre que él mismo le otorgara a esta tierra que el mundo describía como un lugar donde se hallaban imponentes riquezas ocultas dentro de la exuberante selva.
La colonización fue cuidadosamente preparada. A través de una eficaz propaganda se buscó atraer inmigrantes desde Europa, decididos a radicarse definitivamente en la zona.
La fundación oficial de Eldorado se concretó el 29 de septiembre de 1919 (al cumplirse 37 años del nacimiento de su fundador). Schwelm ubicó en el lugar su residencia, que contaba con una chacra experimental para los colonos que comenzaban a arribar a su nuevo mundo.
En 1924, se constituyó la Compañía Eldorado, colonización y explotación de bosques limitada S.A. Para entonces, la colonia ya contaba con luz eléctrica, agua corriente, almacenes, radio y telégrafo. Luego se inauguraron un destacamento policial, escuelas y templos para católicos y protestantes. La colonia también contó con médico y farmacia.
El reconocido odontólogo, Ernest William Lowe, extranjero que revalidó su título en la Universidad de Buenos Aires en 1911 y se cree que fue dentista de cinco presidentes, según cuenta la historia, se radicó también en la naciente colonia Eldorado en 1924.
La llegada de inmigrantes
Los inmigrantes llegaban en barco con su pesado equipaje. En el Puerto Viejo se los recibía y se les hacía conocer el lugar para radicarse. Ello implicaba abrirse espacio en la tupida selva, construir su vivienda y disponer de un espacio para sus cultivos. Fueron arribando familias de origen alemán, danés y sueca que se mezclaron con aquellos alemanes venidos del sur del Brasil, que también fueron parte de la colonización de Puerto Rico y Montecarlo.
La emigración de Brasil de colonos de origen alemán tuvo causas múltiples y complejas. Según explican, aún hoy los descendientes de aquellos pioneros, la zona donde sus ancestros vivían, en Río Grande do Sul, las tierras se habían agotado o eran muy poco aptas para la agricultura, ya sea por ser muy pedregosas o erosionadas. La tierra vieja, entonces, fue el primer móvil migratorio en Brasil. A ello se sumó la hostilidad brasileña hacia la población alemana, factor que hizo pensar en la emigración y, finalmente, el conocimiento de colonias en la Argentina con tierras disponibles fue el puntapié decisivo para la emigración hacia Misiones.
La ventaja de los alemanes brasileños sobre los recién llegados de Europa, corridos por la desgracia de la Primera Guerra Mundial, es que éstos ya tenían larga experiencia en los cultivos de la zona.
Agrupados por nacionalidades a lo largo de una picada principal que partía en dirección perpendicular al río Paraná, las familias de colonos se fueron ubicando en lotes de 25 a 50 hectáreas a uno y otro lado de la calle principal, o, como se denominaba, la picada maestra. De ese modo, formaron un trazado alargado en el que todos los lotes tenían su frente sobre la picada maestra. Este trazado difería con el que se venía realizando en las experiencias de colonias oficiales en Misiones que contaban con un diseño cuadrangular.
En la colonia Eldorado, las picadas iban tomando los nombres de las nacionalidades que allí se asentaban. Por ello se denominaron la Picada danesa, la Picada bávara, la Picada alemana, la Picada polaca, la suiza, etcétera.
En sus inicios, las viviendas de los colonos eran muy modestas, de madera. Con el paso de los años, comenzaron a construirse viviendas de tejas y ladrillos. La vida fue muy sacrificada al principio, pero sobrellevada con gran dignidad y espíritu asociativo. Ello permitió superar dificultades y organizar cooperativas, escuelas, talleres y centros de recreación.
Así fue el surgimiento de la actual ciudad de Eldorado.
Concepción de la Sierra
El jesuítico pueblo del sur de Misiones remonta sus orígenes desde hace más de 400 años, en el año 1619, con la obra de los padres de la Compañía de Jesús, formados por San Ignacio de Loyola y guiados en la región del Guayrá por el padre Roque González de Santa Cruz, junto con Alonso Rodríguez y Juan del Castillo (popularmente conocidos como los Santos Mártires Rioplatenses), que dieron su vida en defensa de las comunidades Mbyá guaraníes que se encontraban escapando del asedio de los bandeirantes brasileños.
Concepción de la Sierra se fundó en 1619 como Reducción Jesuítica, con el nombre de Concepción de Nuestra Señora del Ibitiracuá. En aquella primera etapa fue uno de los pueblos más importantes de la provincia jesuítica, sin embargo, como con todos los otros pueblos, la expulsión de la Órden marcó un quiebre y el pueblo cayó en decadencia.
El 27 de septiembre de 1877 en base a la Ley de Fundación de Pueblo Agrícolas, el gobierno de Corrientes ordena la delineación de varios pueblos, entre ellos Concepción de la Sierra. Así este lugar histórico toma esta fecha como su día o Día del Pueblo.
Las Reducciones Jesuíticas
Las reducciones jesuíticas (1610-1768) que ocuparon la región misionera (hoy sureste de Paraguay, sur de Brasil, nordeste de Argentina y Uruguay( constituyen uno de los patrimonios más ricos de la actual provincia de Misiones. Una de ellas se encuentra en el actual pueblo de Concepción de la Sierra.
Dicha reducción fue una de las más grandes y de ella surgieron los pueblos jesuíticos de San Nicolás y Santo Ángelo, actualmente en territorio brasileño. El jesuita Furlong afirmaba que “a pesar de haber sido madre de otras dos reducciones, Concepción contó siempre con numerosos pobladores. En 1702 la cifra fue la mayor de entre todas las reducciones, y alcanzó 5653 almas”.
La planificación del trazado urbanístico coincidía con el esquema fijo típico de las reducciones emplazadas en estos territorios; una gran plaza central constituía el corazón de cada poblado, ancha de cien metros y larga de unos ciento treinta, donde se erigía una cruz imponente, acompañada, con frecuencia, con estatuas de la Virgen y del santo patrono del poblado.
En la plaza se centraba la vida social de la comunidad: al frente y ambos costados se encontraban la iglesia, el colegio, el cementerio, los talleres, las viviendas de los misioneros y el cotiguazu, mientras que en los laterales se ubicaban las viviendas de los guaraníes, dispuestas en largas filas barriales paralelas, que partían desde el centro hacia la periferia, rematando en la entrada principal, a cuyos costados habían otros edificios públicos como el cabildo y los depósitos, entre otros.
Un dato interesante es que la reducción de Concepción nunca se mudó del pueblo, ya que se hallaba en un área distante tanto de las incursiones de los Payaguá (señores entonces del río Paraguay y parte del Paraná) como de los Guaycurú como, así también, de los embates de los portugueses, que venían haciendo sus conquistas desde el norte y desde el sur) y que realizaban inmensos rodeos para llegar a esa parte.
Además, el lugar se hallaba resguardado por un bosque impenetrable hacia el este; factores que hacían de Concepción un territorio protegido y factible de cobijar las reliquias de los pueblos guayreños, del Tapé e itatines.
La Fiesta del Tarefero: identidad e historia del siglo XX
En el año 1976, un grupo de productores yerbateros pensó realizar un homenaje al trabajador de la yerba mate y crearon La Fiesta del Tarefero.
La trascendencia de esta fiesta popular fue tal, que en 1985 la Cámara de Representantes de Misiones instituyó al 9 de noviembre como Día del Tarefero.
El 26 de agosto de 2015 se declara en el Senado de la Nación Argentina la Fiesta Nacional del Tarefero a fin de darle rango nacional, incluyéndose dentro del Calendario Turístico Nacional Argentino.
Es una gran reunión familiar en la que se homenajea al trabajador que recolecta la yerba mate (principal actividad económica de la zona), compartiendo números artísticos para todas las edades. También en esos días de festival, existen competencias deportivas y de doma.
San Vicente
Los datos históricos indican que el 27 de septiembre de 1961 se firmó el decreto que designó con este nombre (San Vicente) a esta porción de tierra misionera.
El Cruce: origen del pueblo
Dicen los antiguos vecinos que existía un lugar en esta zona, al que denominaban «El Cruce” que identificaba a un puñado de casas y unos pocos colonos en la confluencia de la Ruta Nacional 14 y Ruta Provincial 212., que poco a poco fue atrayendo nuevos pobladores que comenzaron a echar sus raíces y a darle forma paulatinamente a un nuevo ejido urbano.
Esta expansión de la ciudad se produjo con pobladores provenientes del interior de Misiones, especialmente de la zona sur, y de provincias como Corrientes, Santa Fe, La Rioja, Buenos Aires, Chaco y Formosa.
Unas de las eminencias del pueblo es el Padre Jorge Maniak quien acompañó el progreso de San Vicente y fue partícipe en la designación del patrono de la ciudad “San Vicente de Paúl”.
Guillermo Campos fue el primer poblador permanente desde 1946, pero existieron a su vez otros habitantes en zonas hoy rurales, asentados desde la década de 1920.
Ya por entonces se venían en masa a poblar la zona, principalmente de la región sur de la Provincia, primero se desarrolló lo que es conocido como el Km 74, contaron los pioneros.
El 21 de mayo de 1967 se remataron los primeros 500 lotes y quintas, que, por orden de la firma Albino Ortman y Tejeda, realizó el Martillero Público Enrique Albracht. Sucedió un domingo a la hora 13.
A partir de ese momento se fue avanzando en la organización urbana en torno al antiguo “Cruce”, en alusión a la intersección de la RN14 y la hoy RP13 (por entonces 212). Incluso anteriormente el lugar era conocido como “Yerbal Nuevo”.
En 1969 y ante la negativa por parte del Gobierno provincial de formar una comisión de fomento, se decide que los vecinos creen una Comisión Vecinal, que acarreó consigo Instituciones como la céntrica Escuela 453, entre otras, un primer secundario, el Polivalente N°17 (actual Escuela Normal Superior N°13), Gendarmería Nacional (hoy con nivel de Escuadrón 49), la Oficina de Tierras y Bosques, el IPS, la Policía, el Registro Nacional de las Personas y el INTA, más adelante también ANSeS y tantas otras oficinas públicas y delegaciones oficiales.
La tan ansiada municipalización la lograron luego de varios pedidos y lucha constante, en el año 1978, por decreto ley N° 1033, del entonces gobierno de facto, que crea la comuna de segunda categoría y nombran como primer intendente al señor Lorenzo Pablo Brodzicz.
La Carta Orgánica sancionada en el año 2013, determina definitivamente como fecha fundacional de la localidad, el 27 de septiembre de 1961, que además coincide con el día del Santo Patrono, San Vicente de Paul.
En octubre de 1982, gestada en el seno de la primera academia de danzas y música local, con el trabajo de docentes y alumnos de citado primer colegio secundario y, la invalorable ayuda de los vecinos en general, se inicia la Fiesta de la Madera, lo que con el tiempo le dio el sello de Capital Nacional de la Madera, inspiró su Escudo y fue simiente de su canción oficial.
Sin dudas, San Vicente nació para crecer y crecer, un fenómeno que solamente se explica desde la férrea entereza de su gente, con muchas circunstancias adversas ocurridas en el medio de su historia, pero siempre sorteadas con Fe y sin bajar jamás los brazos.
Cuenta con escuelas primarias y secundarias superpobladas, incluyendo técnicas y agrarias, lo que cuando no, por la impronta comunitaria, derivó en la segunda Universidad pública de la Provincia, la UNAU, también alberga una extensión de la UNAM y, de Institutos terciarios de variada oferta educacional, lo que significan un signo de progreso en la formación de jóvenes que abrazan luego una carrera profesional que ya está enriqueciendo a la comunidad intelectualmente.