Cientos de fieles de la comunidad ubicada en el Barrio Belgrano de la capital misionera, celebran está jornada a la patrona de su barrio, sus familias y proyectos.
La veneración a la advocación mariana que nació en Argentina, cumple 4 décadas con innumerables testimonios de curaciones inexplicables, pedidos cumplidos y proyectos logrados que son atribuidos a la Virgen del Rosario.
Según la doctrina católica, sólo a la Madre de Dios se le atribuye el más alto nivel de veneración por sobre los demás seres humanos: la «hiper dulia«. Existen 3 niveles de veneración: Dulia, hiper Dulia y Latría. Esta última sólo está reservada a Dios. Los santos, beatos y mártires, son venerados en el nivel de Dulia. Así es que a la Madre de Dios, la virgen María, se le reserva el lugar de privilegio en esta categoría de veneración.
La fiesta de la Capilla Virgen del Rosario
Comenzó hoy desde las 8:30 con la Misa por los docentes, estudiantes y por el trabajo.
A las 16 se realizará otra celebración litúrgica por los adultos mayores.
A las 20, partirá desde la parroquia Inmaculada Concepción (San Marcos y avenida Cabrera) la tradicional procesión hasta la capilla y el rezo del Santo Rosario.
Finalmente a las 21 se hará la misa central. Luego habrá una feria de platos dulces y salados.
La historia de las apariciones
Estos importantes acontecimientos marianos comenzaron el sábado 24 de septiembre de 1983, cuando una vecina nicoleña, Gladys Herminia Quiroga de Motta, comenzó a recibir mensajes de una aparición, a la que después identificó como la Virgen del Rosario.
En la primera oportunidad, Gladys, una mujer muy religiosa, vio iluminarse el rosario colgado en su habitación y rezó. Primero con vecinos que estaban presentes, quienes vieron el fenómeno, y luego sola. Al día siguiente, domingo 25, mientras rezaba, se le apareció la Virgen María con el Niño Jesús en brazos y un rosario. Según contó Gladys, la aparición fue silenciosa: solo hizo ademán de darle a la mujer su propio rosario.»
Vi a la Virgen por primera vez», escribió más tarde la mujer, que en ese entonces tenía 46 años. Tres días después, ocurrió la segunda aparición, exactamente igual a la anterior. Y el 5 de octubre ocurrió lo mismo.
Pero el 7 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, Gladys se animó a preguntarle a la aparición: «¿Qué espera de nosotros?». En ese momento, la imagen se borró y apareció la visión de un templo.
El 12 de octubre Gladys se animó a contarle acerca de las apariciones a su confesor, el padre Carlos Pérez, por entonces presbítero de la catedral de San Nicolás. Y al día siguiente, 13 de octubre, la Virgen le habló por primera vez: «Has cumplido. No tengas miedo, ven a verme; de mi mano caminarás, y muchos caminos recorrerás».
En 1983, el 27 de noviembre, día de la Medalla Milagrosa y primer día de la Novena a San Nicolás, el padre Pérez se dio cuenta de que la imagen de Nuestra Señora del Rosario, que por largo tiempo había estado en la catedral y que actualmente se encontraba en el campanario, coincidía con la descripción de Gladys.
En ese momento, se le apareció la Virgen María frente a la imagen,diciéndole: “Me tienen olvidada, pero he resurgido. Ponedme allí, porque me ves tal cual soy. No os apenéis, ya me tendrán. Quiero estar en la ribera del Paraná. Poneos firmes. Allí viste mi luz. Que no flaqueen tus fuerzas. Gloria al Altísimo Padre”.El Padre Pérez hizo entonces reparar la imagen y colocó en sus manos y en las del Niño Jesús un nuevo rosario.
Ante la pregunta de Gladys acerca de si el templo debía ser una capilla o un santuario, la Virgen le dio una respuesta a través de las Sagradas Escrituras. Le dijo que lea Éxodo, capítulo 25, versículo 8, que dice: “Me harán un santuario y habitaré en medio de ellos”.Una vez aprobado el proyecto del templo por parte de la Santísima Virgen, y comenzada su construcción, la imagen fue trasladada al nuevo santuario en 1989, construido gracias a numerosas donaciones, el cual recibe 1.500.000 peregrinos anuales; y San Nicolás se convirtió así en «la ciudad de María».
La Virgen hizo acuñar a Gladys una medalla con la advocación de María del Rosario de San Nicolás y, en el reverso, la Santísima Trinidad con siete estrellas. “Hija mía, el significado de las siete estrellas son siete gracias que mi Hijo Jesucristo concederá a quien la lleve sobre su pecho. Alabado sea el Señor”.Gladys recibió más de mil ochocientos mensajes de la Virgen, desde el 13 de octubre de 1983 hasta el 11 de febrero de 1990, día del último mensaje.
El obispo de San Nicolás de aquel entonces, monseñor Domingo Castagna, lejos de tomar distancia de ese fenómeno vital que ocurría en su diócesis, lo aceptó, lo guió y lo nutrió, sin dejar de lado la prudencia ni el discernimiento. De manera ejemplar, alentó a los peregrinos que, desde el primer momento, comenzaron a afluir a San Nicolás. Las procesiones empezaron a sucederse todos los meses, los días 25, siendo siempre la más importante y numerosa el 25 de septiembre de cada año, en recuerdo del día de la primera aparición.
El sucesor de monseñor Castagna, monseñor Héctor Cardelli, realizó la inauguración total del templo, la coronación en 2009 de la imagen, la apertura de los mensajes y la declaración de sobrenaturalidad del fenómeno, en el último período de su episcopado. La gente lo recuerda como “el obispo de la Virgen María”. Con el actual obispo, monseñor Santiago, se cerró la publicación de mensajes.