Con la llegada del invierno, las infecciones respiratorias como la gripe, el virus sincicial respiratorio (VSR) y otros virus estacionales aumentan notablemente. Este contexto representa un riesgo especial para personas con enfermedades respiratorias crónicas como el asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), quienes deben extremar los cuidados y mantener el tratamiento indicado por sus médicos.
“El invierno es una época crítica para quienes tienen enfermedades respiratorias. Las bajas temperaturas y la mayor circulación de virus pueden agravar los síntomas y provocar crisis que incluso pueden derivar en hospitalizaciones”, explicó el Dr. Carlos Elías, neumonólogo y Director Médico del Instituto INSARES.

Enfermedades subdiagnosticadas y prevalentes
Según datos del estudio nacional EPOC.AR, el 14,5% de las personas mayores de 40 años en Argentina padecen esta enfermedad, muchas veces sin saberlo. Por otro lado, el asma afecta a alrededor del 10% de la población adulta del país y es una de las enfermedades respiratorias crónicas más frecuentes.
La EPOC es una enfermedad progresiva que afecta el flujo de aire en los pulmones. Está asociada principalmente al tabaquismo y a la exposición a contaminantes del aire. Los síntomas más comunes incluyen tos crónica, producción de mucosidad y dificultad para respirar, especialmente al hacer esfuerzo físico. Si no se trata a tiempo, puede deteriorar considerablemente la calidad de vida del paciente.
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El asma, en tanto, se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias, provocando episodios de falta de aire, silbidos en el pecho, tos persistente y opresión torácica. Suele agravarse en invierno o por exposición a alérgenos, contaminantes o infecciones respiratorias.

Tratamiento y adherencia: claves para evitar complicaciones
Ambas enfermedades requieren tratamiento continuo y control médico regular. Sin embargo, los especialistas advierten que muchos pacientes no logran mantener la adherencia terapéutica, ya sea por falta de información, recursos económicos o acceso a nuevos tratamientos que podrían mejorar su calidad de vida.
“Una gran parte de los pacientes interrumpe la medicación en épocas sin síntomas, lo que los deja vulnerables cuando llega el frío y aumenta la circulación viral”, alertó el Dr. Elías.
Además, se remarcó la importancia de los centros de salud en el diagnóstico temprano, el seguimiento de casos crónicos y la educación del paciente. Consultar ante síntomas como tos persistente, falta de aire, silbidos o cansancio extremo puede evitar cuadros graves o internaciones.
Prevención: más allá del tratamiento
Además del cumplimiento estricto del tratamiento, los expertos recomiendan reforzar las medidas preventivas en invierno:
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Lavado frecuente de manos
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Ventilación diaria de ambientes
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Evitar el contacto con personas enfermas
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Uso adecuado del barbijo en lugares cerrados
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Mantener al día las vacunas antigripales y contra el neumococo
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En el caso del VSR, existen inmunizaciones disponibles para grupos de riesgo
También se aconseja evitar cambios bruscos de temperatura y no exponerse al humo del tabaco o de leña, que pueden desencadenar crisis respiratorias.
El invierno representa un desafío particular para quienes viven con asma o EPOC. La prevención, adherencia al tratamiento y el control médico continuo son las mejores herramientas para evitar complicaciones. Ante cualquier síntoma nuevo o agravamiento de los ya conocidos, es fundamental acudir al médico para un seguimiento adecuado y evitar cuadros graves.