La desconfianza inversora se profundiza en medio de caídas bursátiles internacionales y tensión financiera tras nuevas medidas arancelarias de EE.UU.
El Riesgo País de la Argentina se disparó este viernes hasta los 925 puntos básicos, marcando un nuevo pico en medio de un escenario internacional convulsionado y una jornada negra para los mercados globales.
El índice elaborado por JP Morgan, que mide la diferencia que pagan los bonos soberanos respecto a los del Tesoro de los Estados Unidos, refleja un fuerte deterioro en la percepción de los inversores sobre la deuda argentina, impactada tanto por factores locales como por el contexto externo.
El salto se da en el marco de una doble presión financiera: por un lado, el repunte de los bonos estadounidenses —considerados refugio seguro— y, por otro, una nueva caída en la cotización de los títulos argentinos, en particular los emitidos en dólares.
El nerviosismo en los mercados se intensificó luego de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciara nuevas medidas arancelarias, lo que generó una oleada de incertidumbre y volatilidad a escala global.
Las principales bolsas asiáticas cerraron con números en rojo, destacándose el retroceso del 2,75% en el índice de Tokyo. En Europa, los desplomes fueron aún más pronunciados: el DAX alemán cayó un 4%, mientras que la Bolsa de Londres retrocedió un 3,6%, al igual que París, y Milán sufrió una pérdida del 6%.
En simultáneo, los futuros de los principales índices de Wall Street anticipan un viernes difícil en Nueva York, con bajas superiores al 2%, según los últimos reportes.
La escalada del Riesgo País representa un golpe a las expectativas de estabilidad financiera para la Argentina y complica aún más el acceso al financiamiento en los mercados internacionales. La volatilidad externa, sumada a las propias tensiones económicas locales, refuerza un escenario de fragilidad que sigue condicionando la estrategia del Gobierno en materia de deuda y política económica.