A pocos días del inicio del juicio contra los hermanos Kiczka, el fiscal del Tribunal Penal Dos, Vladimir Glinka, adelantó que se buscarán probar hechos, mientras que el abogado defensor de Sebastián, Eduardo Paredes, remarcó que “no toda la evidencia corresponde al ex diputado Germán”, a la par que sostuvo que “el juicio debe enfocarse en una medida de seguridad antes que en una pena de prisión”
El próximo lunes 31 de marzo dará inicio el juicio a los hermanos Germán y Sebastián Kiczka, acusados de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil (MASI), con la primera audiencia pública en el Palacio de Justicia de Posadas, desde las 8:30. Se prevé que la sentencia se conozca el mismo día de los alegatos, el 16 de abril.
En la antesala a dicha audiencia, el fiscal del Tribunal Penal Dos, Vladimir Glinka, dialogó con Radio Up 95.5 durante el ciclo “El País de la Libertad” y se refirió a los desafíos del proceso, la cantidad de pruebas reunidas y la importancia de probar la acusación.
“El desafío en esta causa está en poder dar con el extracto adecuado para que los jueces entiendan cómo nosotros vemos lo que pasó”, explicó el fiscal, haciendo referencia a la enorme cantidad de pruebas reunidas. Según detalló, el expediente tiene más de 90.000 hojas y la clave será presentar la evidencia de manera clara y concisa en el tiempo que dure el debate.
En cuanto a las pruebas, Glinka aseguró: “Tenemos todo realmente y todo está bien documentado, está bien analizado y bien resguardado”. El material digital, agregó, es fundamental en el caso y requiere un tratamiento especial. “La evidencia digital no se guarda en una biblioteca como un libro o en un armario como si fuera un arma de fuego, tiene otros soportes”. En este sentido, destacó la importancia de la cadena de custodia y la integridad de los archivos electrónicos: “Hay que cuidar que esos códigos no se modifiquen, es decir, un trabajo muy preciso que está bien hecho y lo tenemos nosotros realmente, lo tenemos todo”.
El fiscal también explicó la metodología que empleará la acusación para demostrar la responsabilidad de los imputados. “No tenemos una cámara filmando a la persona mientras usa esa computadora, pero tenemos un montón de pruebas que, en esta secuencia concatenada, nos dan a nosotros la certeza suficiente como para efectuar eventualmente un imputado”.
Testigos y estrategia de la fiscalía
El juicio contará con la presencia de 67 testigos, una cantidad elevada que, según Glinka, es necesaria para evitar lagunas en la reconstrucción de los hechos. “Para llegar a hacer una acusación nuestra cadena tiene que estar completa, porque si falta algún eslabón nosotros dejamos un espacio para la duda y la duda favorece al imputado”.
El fiscal explicó que los testigos no solo declararán sobre los hechos principales, sino también sobre distintos aspectos del caso. “Uno generalmente asocia al testigo como a alguien que vio el hecho. En un homicidio son diez. Pero el testigo va a testiguar cosas diferentes. En este caso, al ser tan delicado el manejo de la información y al haber tanta información, tenemos muchas partes, son muchos eslabones, y nosotros tenemos testigos en cada eslabón”.
Sobre la presencia del diputado Pedro Puerta en el juicio, Glinka aclaró que su testimonio está admitido como prueba. “Socialmente es innegable la vinculación, al menos amistosa, entre ellos”, dijo en referencia a los imputados. Sin embargo, dejó en claro que su presencia aún está sujeta a discusión: “Me han preguntado mucho si él va a venir, si no va a venir. La convocatoria es una carga pública, y él no está obligado a presentarse a declarar”.
El veredicto, previsto para el mismo día de los alegatos
El fiscal también explicó cómo se desarrollará la etapa final del juicio y en qué momento se conocerá la sentencia. “El día de los alegatos necesariamente es el día de la sentencia”, sostuvo, aclarando que el tribunal no puede suspender el juicio por más de diez días sin afectar la legalidad del proceso.
“El juicio, según el código, es un juicio oral, público, continuo y contradictorio. Para que sea legal tiene que suceder todo eso”. En este sentido, explicó que una vez concluidos los alegatos, el tribunal pasará a deliberar y emitirá un veredicto inmediato: “La deliberación puede durar lo que ellos estimen que tiene que durar para llegar a una conclusión, pero inmediatamente, dice el código, tienen que volver con el veredicto”.
Sobre la posibilidad de un juicio abreviado, Glinka confirmó que aún es factible, pero solo hasta el inicio del debate oral. “Sí existe la posibilidad de abreviar, existe hasta el momento que se disponga la apertura del debate. Ahí termina la posibilidad”. También explicó que un acuerdo de este tipo no implica necesariamente una reducción de la pena por conveniencia de las partes, sino que se basa en principios del derecho penal. “En términos de teoría penal, lo que nosotros buscamos es el arrepentimiento y la idea de reinsertarse en la sociedad”.
Sobre la solidez del caso que construyó la fiscalía, Glinka afirmó que “estamos representando los intereses de nuestra sociedad, de que no se cometan delitos. Los intereses que tienen ustedes de salir a la calle tranquilos, sin que nadie les moleste”.
La entrevista completa a Glinka
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“El carácter de diputado de Germán ayudó a la campaña de pánico moral social”
En el otro extremo, la defensa de uno de los hermanos Kiczka también adelantó cual será la postura adoptada para el inicio del juicio. En este sentido Eduardo Paredes, abogado defensor de Sebastián, sostuvo que su defendido “confesó ante el juez su adicción a mirar material prohibido y que todo lo encontrado en su computadora era de él, pero el carácter de diputado de su hermano hizo que el caso se politice”.
“Sebastián es un muchacho de 48 años, bastante disfuncional porque vive con los padres, trabaja en la pizzería del padre y además reconoció en una carta manuscrita al juez de instrucción que todo ese material es de él”, afirmó Paredes.
El abogado también mencionó que su cliente manifestó su incapacidad para controlar sus impulsos. “En algunos mensajes con amigos, él mismo manifiesta que tiene esa compulsión y que se siente bastante mal de no poder sacarse esa compulsión con los niños, de mirarlos. Hay que distinguir entre pedofilia y pederastia: él no es pederasta, no toca a un niño. Solamente mira.”
Sobre el proceso de investigación, Paredes remarcó que la causa comenzó a partir de una alerta internacional. “Estados Unidos hace una especie de rastreo de material de abuso sexual infantil. Lo que detectan es el IP de la casa de Leonardo, el padre de Sebastián, y a partir de ahí se ordena un allanamiento y el secuestro de la computadora donde estaba prácticamente todo el material.”
El rol de Germán en la causa
El abogado de Sebastián Kiczka resaltó que el caso tomó otro tine en julio del año pasado, cuando se encontró un archivo con el nombre del por entonces diputado provincial, Germán Kiczka.
“Dentro de lo que revisan en la máquina de Sebastián encuentran un archivo que dice ‘Germán’. A partir de ahí, ordenan un allanamiento en la casa del hermano, donde secuestran un pendrive y algunas búsquedas en la computadora. En ese pendrive sí había material, creo que 15 videos, pero eran de Sebastián.”
Según Paredes, este hallazgo provocó una reacción mediática y política que alteró la magnitud del caso. “A partir de ahí, el expediente toma todo el perfil que alcanzó. Se generó un pánico moral con diputados provinciales que salieron a hablar y nunca se aclaró que todo se trata de videos bajados de internet.”
Consultado sobre la estrategia de la defensa, Paredes enfatizó que el enfoque no es la absolución, sino una medida alternativa. “No es un caso de estrategia. Sebastián se sometió a pericias, manifestó que tiene incomodidad con esta compulsión. Hay informes de peritos oficiales y la cuestión central es si él puede o no controlar esas pulsiones. En principio, diría que no.”
Por este motivo, la defensa considera que el juicio debe enfocarse en una medida de seguridad antes que en una pena de prisión. “Se podría ver si se le aplica una pena o si se le otorga un tratamiento muy profundo para corregir esas desviaciones. Es una desviación que no está al alcance de la voluntad de poder evitarse. Básicamente, en el caso de Sebastián está probado, él está confeso, y esto se limita a si se le aplica una pena o una medida de seguridad.”
Respecto a la otra acusación contra Sebastián, por abuso simple, el abogado expresó dudas sobre la viabilidad de una condena.
“Ni siquiera lo que relata la chica podría ser exactamente un caso de abuso. Es un caso que no debería haber tenido más de uno o dos días en un juzgado correccional. La trascendencia que le han dado está claramente definida por la figura de su hermano.”, completó.