Un 5 de septiembre de 1998 se inauguró en Posadas la primera de una serie de Ferias Francas, espacios donde semanalmente se ofrecen productos frescos traídos “de la chacra a la mesa de los posadeños”, como se repite habitualmente en los pasillos de cada uno de las 70 ferias que funcionan en cincuenta y cinco Municipios de la Provincia de Misiones, y nuclean a alrededor de 3.000 familias.
Desde el pasado mes de junio, se organizaron distintas actividades para homenajear a los productores, la mayoría mujeres que llegan acompañadas de sus hijos e hijas quienes colaboran desde la noche anterior en preparar lo que se va a traer a Posadas para ofrecer a los consumidores.
Y es esa una de las particularidades que hacen a las ferias: familias de productores que llegan desde la medianoche a cada una de las sedes situadas en Posadas, aunque de la misma manera se repite en las otras sedes dispuestas en toda la provincia. Piel curtida por el sol y el trabajo diario, rostros que dan cuenta del sacrificio diario del trabajo en la chacra, en la labor del suelo y la tarea -a veces triste- de depender de las condiciones climáticas, tanto como de los vaivenes de la economía para establecer algo de justicia entre precios y trabajo.
25 años desde que la primera feria franca se instaló en el populoso barrio de Villa Cabello y actualmente Posadas cuenta con 14 circuitos de venta, distribuidos en distintos barrios de la Cuidad.
A pesar de comprender sólo al 10 por ciento de los más de veinticinco mil pequeños productores provinciales, las Ferias Francas representan un ejemplo de reconversión económica en la región y que en los últimos tiempos fue extendida a todas las Provincias de la República Argentina.
¿Qué son las Ferias Francas?
Son consideradas Ferias Francas el conjunto de puestos móviles o fijos que funcionan en espacios públicos o privados cedidos por la Provincia, Municipios y/o particulares, destinados exclusivamente a la venta minorista de productos alimenticios, frutihortícolas, de granja, panificados, regionales y productos elaborados artesanalmente de los pequeños y medianos productores, constituidos en simples asociaciones y con autorización municipal.
Son considerados Feriantes los productores, especialmente los pequeños productores familiares, que comercializan en forma directa sus productos al consumidor final quedando así expresamente excluidos los intermediarios.
Arnoldo Kaiser, vive en Olegario Víctor Andrade junto a su esposa Edita knebel, un hombre de muy buen humor y agradecido a la vida por ser parte de la familia de feriantes. Antes de empezar a vender en las ferias se dedicaban a la plantación de tabaco y algo de verduras y otros productos agrícolas, pero estos últimos en menor proporción porque no tenían la forma de comercializarlos.
Con una sonrisa en su rostro recordó, “Noni Reuter, un productor de nuestra zona me comentó a mí y a varios productores sobre la posibilidad que teníamos de comercializar los productos en la Feria de Posadas, al principio no nos entusiasmamos mucho, porque era difícil para quienes no tenían vehículo, pero tampoco dijimos que no. Hugo (Petizo) Schafer, yo y otros colonos plantábamos tabaco, era nuestro producto madre, la situación era bastante complicada porque no había un ingreso diario o semanal como la posibilidad que ofrecía la feria, la cosecha se daba una vez al año y cuando cobrábamos esa cosecha de tabaco había que pagar la libreta que sacamos en un almacén local cuya dueña nos fiaba de cosecha a cosecha, y así vivíamos”.
“Pasó un tiempo y decidimos probar ese desafío interesante que nos proponían, primero nos turnábamos porque los autos que iban no podían llevar a todos, después las mujeres también querían ir porque se empezó a ver que el ingreso era interesante”.
Diversificación productiva
La posibilidad de nuevos ingresos a la economía obligó a la familia a diversificar la producción “comenzamos a plantar más verduras y frutas, porque los mismos consumidores nos pedían más productos y eso nos llevó a ampliar la producción para satisfacer a nuestros clientes y poder tener una mesa más completa. Cuando el número de productores de Andrade creció nos llevaba el camión municipal, en la época de invierno costaba bastante porque el frío pegaba fuerte, pero no bajábamos los brazos, la mesa había que compartir y se mezclaban todos los productos, hasta que Eugenio Kasalaba nos prometió proveernos de mesas y así fue, ahí sí era más cómodo” recordó.
Arnoldo, define a las ferias francas como “algo muy grande, muy importante para los feriantes y las familias de colonos que participamos de la feria, antes no se plantaba verduras porque no había donde vender, y las pocas familias que podían llevar a Posadas para vender la mayoría de las veces tenían que recorrer toda una mañana para vender muy poco y a veces volver con los productos”.
Legado familiar
Arnoldo, a sus 67 años, se siente muy agradecido por los años que compartió con tantas familias feriantes de distintos puntos de la provincia, sus palabras son solo de agradecimiento, y solo desea que sus hijos y familiares continúen en este camino de la Soberanía Alimentaria, “Hace alrededor de 2 años que ya no participo, porque estoy muy cansado, aunque no dejo de plantar y cosechar. Le entregué mi mesa a uno de mis sobrinos y es él quien quedó en mi lugar, uno ya está para descansar un poco, pero seguiré trabajando hasta que no tengas fuerzas, porque trabajar en la chacra me hace feliz y quiero que los jóvenes se queden en las chacras para producir, para que siga creciendo la Feria Franca”, cerró.