A pesar de que la Argentina parece haber dejado atrás los peores momentos de la recesión y se encamina hacia un crecimiento proyectado de al menos un 5% para este año, una serie de factores externos como; las políticas proteccionistas impulsadas por Estados Unidos, podrían poner en riesgo este panorama positivo.
Trump tomó decisiones clave en su estrategia económica, poniendo barreras a las importaciones mediante la aplicación de aranceles, con el objetivo de dinamizar la producción local. Sin embargo, estas políticas generaron incertidumbre en los mercados globales y podrían tener repercusiones directas sobre las economías emergentes, incluida la argentina.
La amenaza proteccionista de Estados Unidos
El impacto de las medidas proteccionistas de Estados Unidos se siente especialmente en sectores clave de la economía argentina, como la agroindustria. El país exporta anualmente cerca de 2.000 millones de dólares en productos agroindustriales a Estados Unidos, con una gran diversificación de productos que incluyen cítricos, como el limón, de vital importancia para las economías regionales. La reciente decisión de Trump de aumentar los aranceles a los derivados del agro, especialmente los cítricos, suma una nueva capa de complejidad para las exportaciones argentinas.
Además de las tarifas impuestas sobre productos agrícolas, Trump también estableció aranceles elevados para productos de aluminio y acero, afectando directamente a las industrias argentinas. Este panorama no solo genera inquietud en los empresarios locales, sino también en los analistas económicos, quienes advierten que la guerra comercial impulsada por Estados Unidos podría ralentizar el crecimiento global y afectar la capacidad de Argentina para aprovechar sus oportunidades de exportación.

El complejo escenario de los acuerdos comerciales
A las tensiones comerciales de Estados Unidos se suman las dudas internas sobre los futuros acuerdos comerciales de la Argentina. El presidente Javier Milei manifestó su intención de avanzar en la firma de tratados de libre comercio con Estados Unidos. Sin embargo, este proyecto enfrenta obstáculos significativos. En primer lugar, la aprobación de un acuerdo de este tipo requeriría modificaciones en el Mercosur, (algo que Brasil, uno de los miembros más influyentes del bloque, parece rechazar por el momento).
A pesar de estas dificultades, los empresarios argentinos consideran que el camino hacia una mayor apertura comercial, con acuerdos que favorezcan las exportaciones, es clave para el crecimiento del país. Sin embargo, las políticas proteccionistas de Estados Unidos y las tensiones en los acuerdos comerciales regionales plantean desafíos difíciles de superar en este sentido.

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China y la guerra comercial
El panorama de incertidumbre se intensifica con la intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. En respuesta a las nuevas tarifas impuestas por Trump a sus productos, China decidió aplicar aranceles adicionales sobre varios productos agrícolas estadounidenses, como la soja, el trigo y el cerdo. Esta escalada en las tensiones entre las dos economías más grandes del mundo podría afectar aún más el comercio global, reduciendo la demanda de productos argentinos y complicando los planes de crecimiento que el gobierno de Milei ha delineado para este año.
Un escenario complejo para el crecimiento de Argentina
La recesión global y las políticas proteccionistas que se están implementando en varias partes del mundo son factores que podrían frenar el crecimiento global, incluyendo el de la Argentina. La guerra comercial, la subida de los aranceles, y las restricciones impuestas por Estados Unidos a varios productos, incluidos los agroindustriales argentinos, representan un riesgo real para la estabilidad económica del país.
Mientras el gobierno argentino busca fortalecer su comercio exterior y diversificar sus mercados, el entorno global parece volverse cada vez más complejo. Si bien la proyección de crecimiento del 5% para este año sigue vigente, la posibilidad de una recesión global y la guerra comercial en curso podrían desafiar estos planes. El futuro económico de la Argentina dependerá, en gran medida, de cómo logre adaptarse a estos cambios y aprovechar sus fortalezas en un entorno internacional cada vez más incierto.