Los cálculos iniciales habían sugerido un riesgo considerable, pero con el tiempo, la probabilidad de impacto disminuyó notablemente gracias al análisis continuo de su trayectoria.
La NASA actualizó sus cálculos y redujo aún más la probabilidad de que el asteroide 2024 YR4 impacte contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032, ubicando el riesgo en un 0,28 por ciento. Este nuevo cálculo se basa en los datos más recientes, brindando un alivio a las preocupaciones sobre la posible amenaza del asteroide.
El asteroide 2024 YR4, que fue identificado por primera vez el 27 de enero de 2024 por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) en Chile, fue monitoreado de cerca por los equipos de defensa planetaria de la NASA. Los cálculos iniciales habían sugerido un riesgo considerable, pero con el tiempo, la probabilidad de impacto ha disminuido notablemente gracias al análisis continuo de su trayectoria.
Aunque el riesgo de impacto con la Tierra ha disminuido, la NASA ha señalado que la probabilidad de que el asteroide impacte con la Luna ha aumentado ligeramente, alcanzando un 1 por ciento, según los últimos datos. El asteroide se estima que mide entre 40 y 90 metros de diámetro, lo que genera preocupación sobre el tipo de daño que podría ocasionar en caso de un impacto.
El daño que el asteroide pueda causar dependerá de varios factores, como su tamaño y composición exactos, que aún no se conocen con precisión. Los expertos han indicado que, si el asteroide entra en la atmósfera de la Tierra, lo más probable es que se produzca una explosión en el aire. Este tipo de evento sería más seguro que un impacto directo con el suelo, ya que la explosión en el aire disiparía gran parte de la energía del asteroide.
En el caso de que el asteroide ingrese a la atmósfera sobre el océano, los modelos actuales indican que la explosión de un objeto de este tamaño no generaría un tsunami significativo, ni en medio del océano ni cerca de la costa. A pesar de la disminución del riesgo de impacto directo con la Tierra, la NASA continuará monitoreando al asteroide para mantener actualizadas las predicciones sobre su trayectoria y así poder tomar medidas preventivas en caso de ser necesario.
El monitoreo constante y la mejora en las predicciones sobre objetos cercanos a la Tierra son clave para garantizar la seguridad planetaria y gestionar de manera adecuada cualquier riesgo asociado a asteroides en el futuro.
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