El Consejo de Profesionales de Educación Física de Misiones (COPEFIM) avanza con un relevamiento en los gimnasios y centros de entrenamiento de la ciudad de Posadas para verificar su correcto funcionamiento. Hasta el momento, los datos obtenidos reflejan que solo 5 de cada 10 cumplen con todas las normativas, mientras que otros directamente se niegan a ser inspeccionados.
Javier Betancur, coordinador del Área de Control y Fiscalización de Gimnasios del COPEFIM, dialogó con “El País de la Libertad” de Radio UP 95.5 y explicó que la situación es compleja, especialmente porque en los últimos años ha crecido la apertura de gimnasios, pero también de espacios informales. “Se están habilitando muchos lugares, no solo gimnasios con salas de musculación, sino también box, tinglados o garajes que funcionan como centros de entrenamiento”, señaló.
Desde octubre de 2024, el COPEFIM firmó un convenio con la Municipalidad de Posadas para avanzar con los controles en estos espacios. “Se diagramó un relevamiento por zonas y ya se completaron dos. La idea es tener un mapa total de la ciudad para marzo y contar con datos estadísticos concretos”, detalló Betancur.
Instructores sin habilitación y gimnasios cerrados a los controles
Uno de los puntos clave del control es la supervisión de los profesionales a cargo de cada gimnasio. Betancur aclaró que la normativa es clara en cuanto a las jerarquías dentro de estos espacios: “Los instructores no están aptos para armar rutinas ni definir la intensidad de los entrenamientos. Su función es solo corregir técnicas de ejecución”. En este sentido, destacó que el único habilitado para armar planes de entrenamiento es un profesor de educación física matriculado o, en algunos casos, un técnico con titulación nacional.
Sin embargo, no todos los gimnasios cumplen con este requisito. “Nos encontramos con espacios en regla, pero también con otros que cerraron sus puertas y no quisieron recibirnos”, denunció Betancur. Además, algunos propietarios desconocían la normativa y se comprometieron a regularizar la situación incorporando un profesional habilitado.
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Accidentes y responsabilidades
El control y la fiscalización también buscan evitar accidentes dentro de los gimnasios, como el caso reciente de Juani, un joven que sufrió lesiones en un centro de entrenamiento. Betancur fue claro al respecto: “Si ocurre un accidente, el responsable es el profesor matriculado a cargo del espacio”. Esto significa que, aunque un instructor esté dictando una clase, la responsabilidad última recae sobre el profesional registrado.
Por otro lado, la ley provincial I-83 establece que las disciplinas como kickboxing o artes marciales deben ser supervisadas por el responsable del gimnasio. “El que dirige la actividad debe demostrar que tiene formación adecuada, pero quien responde ante cualquier inconveniente es el profesional matriculado que administra el espacio”, explicó el coordinador.
El desafío de regularizar el sistema
El convenio con la Municipalidad busca garantizar que todos los gimnasios y centros de entrenamiento cumplan con los requisitos mínimos. Actualmente, la habilitación comercial sigue siendo otorgada por el municipio, pero ahora se exige que el responsable del gimnasio sea un profesor de educación física matriculado.
Sobre la situación actual, Betancur brindó una cifra clara: “De cada diez gimnasios, cinco o seis están en condiciones. El resto tiene irregularidades o directamente evita los controles”.
Te dejamos la entrevista completa: