El kickboxing y el muay thai experimentaron un crecimiento notable en Misiones en los últimos años. Según Máximo Rolón, presidente de la Asociación Misionera de Kickboxing y Muay Thai, esto se debe en gran parte a la eliminación de estigmas en torno a estas disciplinas.
“Como práctica ha crecido mucho porque se ha sacado mucho el tema del prejuicio de que el kickboxing solo tira golpes y es solo competencia. La parte recreativa del kickboxing ha crecido mucho, y muchas personas se han animado a entrenar este deporte en toda la provincia”, señaló Rolón, en dialogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5.
Para practicar kickboxing o muay thai es fundamental hacerlo en un gimnasio adecuado y contar con los elementos de protección necesarios. “El espacio es igual a cualquier gimnasio, pero en las prácticas se prioriza el contacto leve y la seguridad de cada alumno. Por eso, se usan protecciones como cabezales, tibiales, canilleras y guantes. En el caso de los chicos, se suma la pechera, como en otras artes marciales”, explicó.
Además, la formación de los instructores es rigurosa y controlada. “Lo fundamental es que, como arte marcial, se deben cumplir ciertos requisitos para llegar al cinturón negro. Primero, hay que ser mayor de edad. Segundo, lleva un mínimo de tres años y medio o cuatro años para adquirir los conocimientos básicos. Y, además de la parte técnica, táctica y estratégica, se debe contar con capacitación en primeros auxilios, anatomía y sistemas de entrenamiento”, detalló Rolón.
Los instructores deben aprobar un examen bajo la supervisión de la Federación Argentina de Kickboxing. “Cada academia tiene uno o dos exámenes anuales para ascender de cinturón. Estos exámenes los toma el presidente de la Federación Argentina o un maestro calificado con al menos cuarto o quinto dan”, agregó.
Academias en toda la provincia
El auge del kickboxing ha llevado a una descentralización de la enseñanza. “Posadas fue el centro donde comenzó a expandirse, pero hoy hay academias en toda la provincia: en Eldorado, San Vicente, Iguazú y muchas otras localidades. También en estos lugares se toman los exámenes de ascenso”, afirmó Rolón.
No todos los practicantes de kickboxing tienen la intención de competir. “El que decide si quiere subir al cuadrilátero es el alumno”, enfatizó Rolón. Sin embargo, la decisión final pasa por el instructor, quien debe evaluar si el estudiante está en condiciones de participar en torneos.
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“Cuando un alumno llega a la academia, se le hacen preguntas básicas de salud y, si es menor, se requiere la autorización de los padres. Algunos vienen solo por recreación o defensa personal, otros quieren entrenar para competir. En esos casos, el instructor evalúa su capacidad y aptitud, y diseña un plan de entrenamiento. Solo si cumple con ese plan, se determina si puede competir”, explicó.
El kickboxing y el muay thai siguen ganando adeptos en Misiones, y su crecimiento está acompañado por un marco de formación y seguridad. “Los profesores llevan un mínimo de cuatro años de formación y deben estar capacitados en varias áreas, no solo en lo técnico. Esto asegura que el deporte crezca de manera organizada y segura para todos”, concluyó Rolón.