¿Por qué la inflación muestra números más bajos cuando el gasto cotidiano se siente cada vez más alto? Según Leonardo Tornarolli, economista del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), esto se debe a dos factores principales: la pérdida del poder adquisitivo acumulada en los últimos años y el uso de una canasta básica de referencia desactualizada.
“La inflación mensual bajó, pero la inflación acumulada en los últimos años ha sido muy alta. Para muchos hogares, el poder adquisitivo está más bajo que antes, y lo que sienten es que los precios están muy altos porque han acumulado una suba prolongada”, sostuvo Tornarolli en diálogo con Radio Up 95.5.
Además, el economista explicó que la medición de la inflación se basa en una canasta de consumo promedio que no refleja el gasto real de muchos hogares. “La canasta mide una situación promedio, pero no todos los hogares son hogares promedio. Hay factores como la salud privada o la educación que afectan más a ciertos sectores y hacen que la percepción de los aumentos sea diferente”, afirmó.
Una canasta desactualizada
Uno de los problemas más relevantes en la medición de la inflación es el uso de una canasta de referencia antigua. “La canasta que usamos en Argentina es de 2005 y ya no representa los consumos actuales. En particular, los servicios tienen una ponderación más baja de lo que deberían si se usara la última información disponible”, explicó Tornarolli.
La actualización de esta medición no se realiza con la frecuencia necesaria. “En la mayoría de los países, cuando la economía es estable, se recomienda actualizar la canasta cada diez años. Pero en Argentina, con cambios bruscos en la estructura de precios, ese período es demasiado extenso”, señaló.
Según el economista, el INDEC ha sido históricamente lento en este proceso. “Hasta 2016, la pobreza se midió con una canasta de los años 80. Ahora, la canasta vigente tiene 20 años de antigüedad. Desde 2019-2020 hay una encuesta disponible de 2017, pero el INDEC aún no la incorporó en la medición del IPC ni de la pobreza”, sostuvo.
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El impacto en la medición de la pobreza
El retraso en la actualización de la canasta no solo afecta la percepción de la inflación, sino también los índices de pobreza. “Si se utilizara una nueva canasta, la pobreza posiblemente sería mayor. El anuncio del Gobierno en marzo dirá que la pobreza bajó respecto a finales de 2023, pero con una medición actualizada, los valores podrían ser más altos”, advirtió Tornarolli.
El economista insistió en la necesidad de actualizar los datos de manera periódica. “Cada cinco o diez años es un proceso inevitable. Además, cuando se haga, lo recomendable es recalcular los datos de los últimos años para mostrar cómo habría sido la evolución con la nueva canasta”, concluyó.