El analista político y periodista Alberto Medina Méndez conversó con Radio Up 95.5 sobre la crisis generada en el Ministerio de Economía tras la polémica por el llamado “criptogate”.
En diálogo con “La Última Rosca”, abordó el impacto del hecho en la imagen del gobierno de Javier Milei, la reacción de la oposición y la estabilidad económica del país.
El también fundador del Club de la Libertad, institución que cumple 11 años de actividad, destacó que la situación es lamentable, pero rescató un aspecto poco habitual en la política argentina: “Estamos frente a un presidente que es capaz de reconocer un error”, enfatizó. Según él, la respuesta inmediata del mandatario es un elemento novedoso en la escena política.
Sobre la reacción de los mercados y la economía nacional, Medina Méndez minimizó las consecuencias inmediatas del escándalo: “Hoy fue un día difícil, pero a mi juicio, un día que podría haber sido mucho más complicado. Y eso demuestra que la economía argentina está mucho más sólida de lo que muchos piensan”, afirmó.
Consultado sobre la posibilidad de que el tweet que desató la polémica haya sido parte de una estrategia deliberada, el periodista descartó esa teoría: “No se me pasaría por la cabeza, bajo ningún punto de vista, pensar en la posibilidad de que haya sido una cosa premeditada. Inclusive, si hubiese sido intentado, no se hubiera podido hacer con tanta torpeza”, argumentó.
Respecto a la gestión de redes sociales del presidente, explicó que Milei maneja personalmente sus cuentas y no cuenta con un equipo detrás de sus publicaciones: “Él la administra, él utiliza el teléfono, no hay community manager ni nadie que esté detrás de lo que publica o deja de publicar”.
Leé más: El caso $Libra y las criptomonedas | “Muy pocos ganan mucho y muchos pierden poco”
Sobre el impacto internacional, Medina Méndez consideró que el daño a la imagen del país será relativo: “El prestigio del presidente va a estar vinculado al resultado de su gestión y no a un hecho como este, que no deja de ser un hecho desafortunado”, sostuvo. También señaló que la confianza de los inversores se construye con el tiempo y que no se vería afectada por un solo episodio.
En cuanto a las reacciones de la oposición, fue contundente al criticar el oportunismo político: “La gente se da cuenta cuando los caranchos andan dando vueltas, tratando de sacar provecho de la situación”, dijo, en referencia a los intentos de la oposición de capitalizar el escándalo. Además, calificó de “despropósito” los pedidos de juicio político contra el presidente: “Si quisiéramos ser serios en esto, para poder llevar el tema a juicio político habría que tener un montón de elementos previos. No hay tiempo físico de haberlos investigado”.
Finalmente, sobre las investigaciones que podrían esclarecer el caso, señaló que la Oficina Anticorrupción es el primer organismo encargado de analizar lo sucedido, aunque no descartó que el Congreso o la Justicia también intervengan: “Si hubiera sospecha de que esa institución no va a ser lo suficientemente ecuánime, el Congreso podría tranquilamente encarar una comisión bicameral o la justicia podría actuar de oficio”, concluyó.