Ricardo Schmidt, uno de los productores que denunciaron por inconstitucional la ley impulsada por la Renovación prohibiendo el Glifosato, dialogó con Radio Up 95.5 y brindó detalles sobre cómo afecta esta prohibición a los sectores del té y la yerba.
Un grupo de 74 productores misioneros presentó una denuncia de inconstitucionalidad de la ley que prohíbe el uso del Glifosato en la provincia. Se espera que alrededor de un centenar de productores se sumen a la demanda. La situación escaló a otro nivel judicial a raíz de la demanda por inconstitucionalidad, provocando que productores de otras provincias se expresen a favor de sus pares misioneros.
En este sentido, Ricardo Schmidt, productor de té, manifestó que esta prohibición afecta duramente al sector: «El Glifosato se usa en menor cantidad que antes, no nos pueden prohibir ese producto en un clima como éste».
La norma aprobada en la Legislatura misionera establece su reemplazo por otro herbicida, menos dañino para el suelo y la salud y sobre las dificultades del uso del herbicida sustituto que sugiere el gobierno provincial el productore señaló: «Si tenemos un año lluvioso, va a cumplir la misma función que una macheteada, porque el herbicida no mata hasta la raíz; a las 3 semanas hay que volver a hacer mantenimiento. Esto en costos va a complicar más la situación. Las malezas que elimina el glifosato compiten con la yerba o el té», aseguró.
Schmidt aclaró además que junto con la falta de mano de obra, esta medida pone en riesgo la cantidad de producción por el tiempo que implica la periodicidad del uso de herbicidas: “Estamos con una falta de mano de obra impresionante, no se consigue gente que trabaje en el campo o la chacra […] el productor hace lo que puede y más esta prohibición, sólo empeora la situación […] Si nosotros tenemos que limpiar la tierra de manera manual nos retrasa y complica las exportaciones a Europa porque ni siquiera ellos tienen prohibido el uso, solamente una disminución de la cantidad utilizada”.
“Si a nosotros nos van a prohibir en dos años el uso del glifosato, como dicen en el gobierno, ¿cómo vamos hacer?” se pregunta Schmidt. “En el grupo que integro somos 9 productores. La auditoría viene una vez al año y toman 4 o 5 chacras nada más, si uno de los productores cae en la auditoría, caen todos los 9 […] ¿Qué pasa si yo aplico el bioinsumo que no tiene registro? no tiene autorización, ni fecha de vencimiento, ni autorización del SENASA, no tiene nada y si va el inspector y ve que usamos ese herbicida que nos da la provincia, nos multa”, se quejo Schmidt.