En un análisis sobre el comportamiento de la canasta básica y su relación con la inflación, dos actores clave en el ámbito económico, Nelson Lukowski, propietario de Supermercados Nelson, y Carlos María Beigbeder, propietario de la distribuidora Jota B, compartieron sus perspectivas en diálogo con Radio Up 95.5.
Según Lukowski, en 2024 se observó una desaceleración de la inflación, lo que contribuyó a una estabilización de los precios que habían sufrido aumentos excesivos a fines de 2023. En diálogo con Radio Up 95.5, señaló que “durante todo el 2024 se vio como se fue acentuando la baja de la inflación”, y destacó que a pesar de un “aumento importante en la carne, del 30%”, en general los precios continuaron acomodándose, lo que generó un alivio en el poder adquisitivo de los consumidores.
“La baja de inflación no solo ayuda a recuperar el poder adquisitivo de la gente, sino que también permitió que los precios no subieran de manera tan desmesurada como antes”, agregó Lukowski. En este sentido, comentó que hoy en día uno de los productos indispensable de la canasta básica de alimentos como el arroz, presenta una deflación que ronda el 20% .
Por otro lado, Beigbeder se refirió a la confianza como un factor clave en la reducción de la inflación y, por ende, en el control de la canasta básica. Según él, el hecho de que los precios se normalicen y la inflación se modere abre el camino hacia una economía más sana y flexible. “Vemos con agrado que se empiece a normalizar la inflación, que es como el puntapié de mejoramiento de la economía y de la actividad para que el argentino se desarrolle una mejora”, explicó Beigbeder.
Una de las claves de esta mejora, según Beigbeder, es la confianza generada en la economía. “Cuando se genera confianza, la gente se enfoca en lo que tiene que hacer, en el trabajo que tiene que realizar, y no se asusta, no siente la necesidad de estar corriendo a comprar dólares”, expresó el empresario. Este clima de confianza, añadió, se vió reflejado en una tendencia a la descentralización de impuestos y a la reducción de la carga impositiva, lo que beneficia tanto a los comercios como a los consumidores.
Ambos entrevistados coincidieron en que, si bien la canasta básica ha tenido aumentos, estos no se han dado al mismo ritmo que la inflación. Lukowski señaló que los incrementos en los precios de la canasta básica en los últimos meses han sido más controlados, con aumentos en torno al 10-15%. “Los últimos 5 o 6 meses, todos los productos, tanto de la canasta básica como de la no básica, tuvieron aumentos moderados, pero seguimos viendo una baja inflación”, aseguró.
Beigbeder, por su parte, destacó que la política económica también juega un papel fundamental en este proceso. “Un dólar estable hace que no haya sobresaltos. Las industrias pueden proyectar a futuro, lo que genera mayor confianza y estabilidad económica”, explicó.
Desde su perspectiva, ambos coincidieron en que la clave para evitar que la canasta básica supere el ritmo de la inflación está en mantener una política económica estable, que permita proyectar a largo plazo y dar certidumbre tanto a los productores como a los consumidores.
En conclusión, las voces de Lukowski y Beigbeder apuntan a que la desaceleración de la inflación y la normalización de los precios de los productos esenciales permiten una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos, lo que, en última instancia, puede contribuir a la reducción de la pobreza en el país.
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