La familia de Jonathan Hernán Báez, un joven obereño de 29 años que viajó a Brasil para trabajar en la cosecha de uvas, denunció su desaparición y teme que haya sido víctima de un secuestro. El último contacto con él fue el 30 de enero, cuando se comunicó por WhatsApp. Días después, sus familiares recibieron un mensaje en portugués exigiendo 300 reales para su liberación.
Báez había partido el 20 de enero rumbo al estado de Río Grande do Sul, específicamente a un campo en la localidad de Caixa Do Sul. Sin embargo, tras diez días de comunicación frecuente con su familia, el contacto se cortó repentinamente.
Ante la falta de noticias, su madre presentó una denuncia en la Unidad Regional II de Oberá. Ayer, tras nuevas averiguaciones, la mujer declaró que habló con transportistas de Brasil, quienes le informaron que su hijo habría tenido una discusión con su empleador y que luego fue trasladado a una estación de servicio en el municipio de Flores Da Cunha, donde habría conseguido otro trabajo.
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Las autoridades locales ya han solicitado información a la Dirección Nacional de Migraciones sobre sus movimientos en la frontera y mantienen contacto con la Policía de Brasil para tratar de dar con su paradero.
Báez es de tez morena, mide 1,60 metros, tiene ojos marrones y cabello castaño oscuro lacio. Además, posee tatuajes en los brazos, pecho y espalda.