El sector forestoindustrial atraviesa un inicio de año marcado por la incertidumbre económica y la falta de reactivación del mercado, según explicó Gabriel Marangoni, integrante de la Asociación Maderera, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP), en diálogo con el programa “Realidad Mixta” a través de Radio Up 95.5.
“Siempre esta época de vacaciones es de parate. Generalmente arranca en las fiestas y para mitad de enero comienzan otra vez a trabajar los aserraderos”, explicó Marangoni. Sin embargo, el arranque de 2025 se presenta con dificultades: “Poco hablar de que la situación está muy baja, sí”.
El referente del sector maderero explicó que la industria depende en gran medida de la construcción, un rubro afectado por la crisis económica. “Cuando no le sobra un peso, la gente no arregla la casa, no hace casas nuevas, etcétera. Y el sector de la madera depende muchísimo de la construcción”.
Si bien la exportación ha sido una alternativa para varios aserraderos, la situación no es la ideal. “El mercado externo tiene demanda, pero los precios son muy bajos. El dólar está muy bajo, los costos de logística para exportar son muy altos y eso genera una rentabilidad casi de cero”, detalló Marangoni. “Algunos aserraderos, y más los grandes, tienen que exportar para hacer caja porque, si no, tenés todo un circo que está produciendo y algo tenés que generar, aunque sea para empatar”.
A nivel político, el gobierno nacional mantiene una postura cautelosa respecto a un eventual aumento del dólar. “La preocupación del gobierno es que si aumento el dólar, subo el piso y genero inflación”, analizó Marangoni.
La situación de los pequeños aserraderos es especialmente crítica. “La crisis está generando problemas financieros en los aserraderos y en los pequeños, sí estamos en conocimiento porque eso también está sucediendo acá”, sostuvo Marangoni. Si bien en otras provincias como Corrientes y Entre Ríos ya se registran cierres definitivos, en Misiones aún no se han reportado casos masivos. “Alguno que otro por ahí mencionado de entrar en una etapa de crisis, pero nada cierto todavía”.
Según el referente, la clave estará en la duración de la crisis. “Si una crisis dura tres meses, cuatro meses, es una cosa. Pero si dura un año, año y pico, dos años, el aserradero más chico es el que va quedándose fuera de competitividad y tiene que ver qué solución hace o cierra”.
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El “aguante” y la esperanza de reactivación
A pesar de las dificultades, el sector evita despidos masivos y busca estrategias para sobrellevar la crisis. “Tampoco se escuchó de despidos de gente, porque ya más o menos están todos justos con sus plantillas de personal. Si yo sigo sacando gente, después tengo que retomarla cuando mejore la actividad”, explicó Marangoni.
En cuanto a expectativas de reactivación, el empresario mencionó dos factores clave: el posible aumento del consumo interno y la demanda de madera en Estados Unidos. “Da la sensación de que los sueldos se van acomodando un poco hacia la suba, y esperemos que en el curso del año eso genere alguna reserva para que la gente comience a gastar en remodelar la casa”. Por otro lado, destacó que “en Estados Unidos, cuando termina el invierno fuerte y comienza el verano, aumenta la demanda de madera para reparar los daños climáticos”.
Finalmente, Marangoni aseguró que el sector continuará “aguantando” y buscando estrategias para sostenerse en un contexto de baja rentabilidad. “Todo el mundo está buscando qué salida puede ser”.