En los últimos meses, un caso ocurrido en Salta puso el foco en los exorcismos y su práctica dentro de la Iglesia Católica. Se conoció la información de que una niña de 9 años, aquejada por síntomas inexplicables que no lograban ser diagnosticados por especialistas médicos, fue sometida a un exorcismo solemne el 24 de diciembre de 2024.
En este sentido, el rito fue llevado a cabo por el Ministerio de Exorcismos del obispado salteño. Este hecho reabrió el debate sobre cómo se desarrollan estos rituales y cuál es su procedimiento en otras regiones, como Posadas.
Para comprender mejor esta temática, Radio Up 95.5 dialogó con el padre Sebastián Escalante, Vicario General del Obispado de Posadas, que explicó “el exorcismo es una práctica antigua vinculada con la lucha contra el mal y el demonio”. Sin embargo, enfatizó que no siempre implica las manifestaciones dramáticas que el cine suele retratar. “En primera instancia la iglesia enfatiza en el bienestar de la persona que se encuentra afectada, se consultan a varios médicos y se acompaña todos los procesos”.
En este contexto, el sacerdote Escalante aclaró que existen dos tipos de exorcismos: “el simple, realizado por cualquier sacerdote durante la ceremonia del bautismo, y el solemne, reservado para situaciones excepcionales. Cada vez que se celebra un bautismo, se realiza ahí la práctica del exorcismo simple. Es un momento en la celebración donde se invoca a Dios para que libere de toda acechanza del enemigo a quien se bautiza, liberándolo también del pecado original”, explicó.
El exorcismo solemne, por su parte, es más complejo y requiere autorización directa del obispo, quien designa a una comisión de sacerdotes especializados para evaluar cada caso. Según Escalante, “este ritual incluye oraciones, lecturas bíblicas, proclamación de salmos y, en ocasiones, una interpelación directa al demonio para que abandone a la persona afectada”
Uno de los puntos centrales que destacó Escalante fue la importancia de la prudencia y de diferenciar entre fenómenos espirituales y problemas psicológicos. “Muchas veces son enfermedades de origen psíquico, y tienen que intervenir profesionales, psicólogos y psiquiatras. Es otro campo que no es el espiritual”, afirmó. Añadió que la Iglesia trabaja en conjunto con expertos en salud mental para descartar diagnósticos psiquiátricos antes de considerar la realización de un exorcismo.
Además, subrayó que no se busca convertir estos rituales en un espectáculo. “Se nos pide siempre evitar que sea algo al estilo cinematográfico. Recibimos a las personas con caridad, rezamos por ellas y las encomendamos a Dios, pero con cautela y sin generar sensacionalismo”, sostuvo.
El vicario diocesano también reflexionó sobre cómo el mal se manifiesta en la vida cotidiana, lejos de los estereotipos del cine. “Creo que el demonio es mucho más astuto y actúa veladamente confundiéndonos el juicio. Cada vez que vamos naturalizando que está bien algo que en realidad no lo está, vamos confundiendo nuestro juicio y el mal se va enraizando en nuestro corazón en la sociedad”, reflexionó. Para él, el verdadero peligro radica en las pequeñas concesiones que permiten que el mal se instale de manera imperceptible en las personas y comunidades.
Cuando se le consultó sobre antecedentes de exorcismos solemnes en la región, Escalante afirmó desconocer casos recientes, aunque explicó que el procedimiento sería similar al de Salta: “se realiza una solicitud al obispo, luego el caso se evalúa por una comisión de sacerdotes y después, el eventual desarrollo del ritual si fuera necesario”, explicó.
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Te dejamos la entrevista completa: