El economista se sumaría a la campaña de Patricia Bullrich a los efectos de implementar un plan económico serio que logre torcer la historia económica argentina.
Estaríamos ante la culminación de los esfuerzos del ampuloso economista la semana próxima, cuando se sumaría a la campaña de Patricia Bullrich. Tal como repetimos de diferentes formas en estas columnas, sabíamos que el objetivo de máximo de Carlos Melconian era ser él mismo presidente y de hecho también confirmamos esto porque teníamos la versión de que un grupo muy importante de empresarios del círculo rojo, amigos de él, lo estaban impulsando. «Con la oferta que hay, ¿por qué no sos vos?», le decían todos ellos.
Pese a que esto no llegó a concretarse porque había mucha indecisión de parte del mismo Melconian y había apoyos cruzados hacia otros candidatos, el economista apostaba inicialmente solo a poder implementar un plan económico serio para lograr torcer la historia económica argentina y reemplazar la repetición de errores por una solución sistemática.
Por eso en simultáneo a sus coqueteos con el sillón de Rivadavia, conformaba equipos para pensar en la coyuntura económica actual para lograr un plan que pudiera ofrecerle al candidato que estuviera dispuesto a proponer un rumbo serio para la economía. Sabía que podían aparecer varios candidatos que podrían ser mejores “contendientes¨ en cuanto a lo electoral, pero ninguno iba a tener la fortaleza de un equipo formado con tantos recursos como los que Carlos Melconían tenía a partir de los aportes construidos en la Fundación Mediterránea.
Melconian se presentó en la escena política con el acompañamiento de un equipo de 60 personas junto con los cuales planteó su hoja de ruta para ofrecerle a quien asumiera el 10 de diciembre. En función de esto se mantuvo hasta ahora bastante activo en los medios para dar lugar a instalar su plan, pero corrido de lo electoral cuidando no mostrar preferencias políticas de cara a las PASO para no herir a los candidatos. Su prioridad desde hace unos años fue el armar un plan que fuera serio y comprensible para todos y que no estuviera teñido de propaganda política.
Desde el momento en que saltó a la escena pública, Melconian se caracterizó por ser un disruptivo de la política porque podía presentar con un lenguaje llano, descarnado y lleno de ingeniosas metáforas cotidianas, los temas más complejos y preocupantes de la economía. Este año profundizó ese camino para hablar del plan que diseñaba con la Fundación Mediterránea y enumerar su lista de prioridades y explicar los temas más sensibles como el régimen monetario actual, el bimonetarismo, los problemas del dólar, la deuda, la inflación, etc. y cuáles eran a su criterio los errores y los caminos de salida. Siempre propuso salidas que se encuadraban en un marco de razonabilidad de tiempos y costos y que evitaban las promesas de salidas mágicas.
Su primer objetivo se cumplió porque pudo hacer que todos se enteraran y comprendieran las medidas que podían tomarse y el equipo de profesionales que avalan estos diagnósticos. Esto lo ponía a él y a su cuidadoso plan con serias chances de poder concretarse.
Pero a la par del trabajo de orfebrería de la Fundación Mediterránea, empezó a consolidarse el fenómeno Milei que pasó de ser un referente menor de una oposición que había nacido en las legislativas pero que parecía no terminar de despegar, a convertirse, por pocos puntos, en el precandidato más votado. El libertario solo y sin un equipo llegó a estar a un paso de la presidencia recorriendo el país rodeado de pequeños grupos que lo acompañaban en su show de rockstar de declaraciones altisonantes y soluciones que se pretenden tan drásticas y sencillas como sospechosas.
Bullrich frente a las declaraciones de Milei queda en desventaja por no poder usar la jerga de la economía con esa soltura, en una situación que ante todo se siente como una profunda crisis económica. Por eso, la figura de un economista serio, comprometido y con una amplia trayectoria en el ámbito privado y el público como Melconián, pasaría a completar el perfil del Patricia para disputar de manera certera la presidencia.
Milei vs. Melconian
Hoy Milei lo que tiene es un angelamiento que lo hace crecer día a día más por su ampulosidad y su promesa de estabilización económica. Melconian tiene mucho para disputarle al libertario en este ámbito. Porque además de su expertise, puede aportar la imagen de los disruptivo y del que puede explicar, a diferencia de Milei, tranquila y detalladamente, un plan que resulta creíble y no propone soluciones mágicas de la noche al día.
Melconian puede hacer lo mismo que Milei pero de manera creíble y proyectando la seguridad del conocimiento, el equilibrio y la solidez para llevar a cabo un plan económico. Recién ahora, después de ganar inesperadamente, Milei está empezando a tener algunas personas que se le acercan, muchos con pasado político en el peronismo menemista y la mayoría con la misma falta de experiencia en trabajo en equipo que tiene Milei. Casi todos guiados por intereses personales y ninguno de ellos es un líder económico seguro, porque si hay algo que es claro es que Milei, siendo presidente, no puede ser su propio ministro de economía.
Estas son las claves que hacen que Melconian pueda ayudar a Patricia a crecer. Él puede resistir un archivo y mostrar cómo fue uno de los que más (y de manera más sencilla) explicó por qué muchas de las cosas que Milei proponía no eran viables y ofrecer una alternativa justificada con un soporte académico, siempre evitando la confrontación en términos personales y argumentando seriamente sus puntos. Mientras tanto el autodenominado “león” solo se dedicó a montar shows en los que gritaba sus soluciones y las sostenía en su autoridad de economista sin explicarlas y limitándose a acusar a todos los que no pensaban como él de comunistas, socialistas y otros apelativos demodé.
Si se suma ahora a la campaña, además de posicionar bien al espacio de Juntos, Melconian podrá sacarse el gusto de hacer una campaña presidencial aunque sea para Patricia Bullrich.
Siempre resta la pregunta del millón en estos casos que es: si ganara la elección Juntos por el Cambio, ¿será respetado este economista como un ministro capaz de imponer un equipo que le ayude a aplicar el plan que tanto viene preparando o buscarán este mecanismo de relojería encaje a martillazos en un esquema político que deba romperse para acomodarse a los caprichos del poder? O más sencillo, ¿podrá Melconian ser la autoridad económica que el país necesita o su poder será rápidamente disputado por Patricia?
Ahí está el desafío al que se enfrentará seguramente la semana próxima cuando se confirme este rumor y la pregunta que se planteará desde la próxima semana, cuando se presenten juntos Bullrich y Melconian para dar oficialmente la noticia, hasta que empiece a desempeñarse como ministro.
«Cuando las arañas tejen juntas, pueden atar a un león» (Proverbio Etíope).